De la depresión no se habla, pero mucho menos todavía se habla de la depresión postparto. La maternidad, especialmente la reciente, se supone un momento de felicidad absoluta y de plenitud, en el que no cabe la tristeza, ni la apatía, ni la desgana. Y en el que los demás esperan que seas la mujer más feliz del mundo por tener a tu bebé contigo.
Y es por eso que miles de mujeres que padecen depresión postparto no lo cuentan, no lo comparten con nadie, se sienten culpables, diferentes y malas madres. Algunas madres no llegan ni siquiera a saber nunca que esto que les ocurre o ha ocurrido tiene un nombre: se llama depresión postparto, y les pasa a muchas mujeres. Y no lo saben porque de lo que no se habla no existe y de lo que no existe no se tiene la información necesaria.
Por suerte, en la actualidad, cada vez más mujeres y madres se atreven a abrirse con respecto a este tema. A contar su experiencia y a hacer llegar a otras madres en la misma situación que su caso no es excepcional, que no están solas ni les pasa nada malo. Ese es el caso de Behati Prinsloo, la supermodelo que, recientemente, ha hablado sobre la depresión postparto que ella misma pasó.
Según las palabras de Prinsloo, padeció depresión después del parto de su primera hija, Dusty Rose, de dos años. Aunque indica no haber sufrido una forma muy grave de depresión postparto - existen diferentes grados - admite que fue una época difícil y señala la importancia de reconocer que es normal para muchas mujeres sentirse sobrepasadas y que no debemos tener miedo a pedir ayuda.
Además, ella señala la ayuda que recibió de su familia, amigos y, especialmente, de su pareja, Adam Levine. La realidad es cuanto más sepamos sobre esta condición, más conscientes seamos de que no estamos solas ni es algo que solo nos curra a nosotras, más poder tendremos sobre la enfermedad y más sencillo será pedir ayuda y sentirnos apoyadas.
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