Felipe y Letizia han protagonizado otra de sus citas románticas. Vimos al matrimonio paseando por Malasaña hace unas semanas y, esta vez, han vuelto a salir por el centro. Como cualquier pareja enamorada, los reyes recorrían las calles de Madrid ajenos a miradas incómodas. No había cámaras ni periodistas. Era una cita privada en la que los monarcas disfrutaron de la intimidad que necesitaban.
No han sido meses fáciles para ambos. Letizia ha estado "triste" por lo sucedido con Jaime del Burgo y para Felipe no resultaría cómodo. Se mostraron distantes en varios actos públicos y se llegó a decir que el matrimonio estaba a punto de romperse. Lejos de ser cierto, los reyes nos demuestran ahora que su amor perdura.
Sábado 23 de marzo. Sol en varios puntos de España y ambiente festivo en la capital del reino. A media tarde, Felipe y Letizia abandonaban Zarzuela y ponían rumbo a la almendra. Querían vida, centro, jaleo. Recorrieron varias calles, compartieron confidencias y culminaron el paseo en la mejor de las paradas: una mítica marisquería alabada por la crítica.
No es demasiado conocida, pero quienes han estado hablan bien de Perlora. Se trata de un restaurante tradicional especializado en pescados y mariscos. Tiene 53 años de vida y mantiene su esencia castiza. Su religión: el buen producto. Tal y como revela El Mundo, allí pueden probarse navajas de calidad, gamba blanca o buenos carabineros. "Sabores y texturas de una pureza y una nitidez poco habituales", asegura un crítico desde el citado medio.
Marisquería Perlora
Aunque no han trascendido los mariscos que degustaron los reyes, todo parece indicar que salieron contentos del local. Cenaron sobre las 20:00 y, según Informalia, pusieron rumbo al cine Doré. Allí visitaron una librería y preguntaron a la empleada por un libro en concreto: "El de Boyero", aseguran a Semana.
Se trata de una obra autobiográfica en la que el autor honda en "sus neuras, sus ternuras, sus conocimientos, sus desmedidas aficiones hedonistas, sus amores, sus amistades, sus soledades, los paraísos artificiales, la imposible relación con la tecnología, la depresión, la euforia…", tal y como explica la sinopsis.
Fotos | Casa Real / Marisquería Perlora
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