Pablo Naranjo
EditorFue en junio de 2018 cuando Iñaki Urdangarin ingresaba en la cárcel de Brieva tras ser condenado por fraude, malversación, prevaricación, tráfico de influencias y dos delitos fiscales en el Caso Nóos. En 'Urdangarin: relato de un naufragio', Nacho Gay, su autor, narra la trama de un "preso acorralado por muchos y enrocado en sí mismo".
Es en esta obra donde el escritor se pronuncia sobre las visitas que frecuentaba el que fuera yerno de Juan Carlos I. Tanto la infanta Cristina como los hijos del recluso, al igual que otros "vips" que le visitaban, se movían en total libertad por sus aposentos en unos encuentros que podían durar "hasta cuatro o cinco horas", asegura el comunicador.
Por otro lado, en 'El Mundo', expusieron que el ex duque de Palma solía invertir la mayor parte de su tiempo corrieron con el fin de despejar su mente. Deporte que solía practicar en un patio de 7 metros de ancho y 25 de largo o, si el tiempo no acompañaba, en una bicicleta estática dentro de su habitación.
Según el citado medio, en ocasiones, la soledad perturbaba a la actual pareja de Ainhoa Armentia. Dolorosa situación por la que le lanzaba esta súplica a los responsables del centro penitenciario: "Por favor, habladme porque si no me voy a volver loco", advertía Urdangarin, tal y como rememoraron en 'El Mundo'.
Fotos | Gtres
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