Esta historia parece sacada de una novela de Matilde Asensi, pero es totalmente real. El protagonista es la obra Cristo Burlado, del pintor florentino Cimabue. Una joya del siglo XIII que apareció en casa de una anciana de Compiegne, al norte de París. Ella lo encontró durante una limpieza de la cocina, sin tener ni idea de su valor.
Esta señora tenía la obra de arte guardada en su cocina, según reporta la CNN. Ella daba por sentado que era un icono religioso griego sin valor más allá del sentimental. Pero en una limpieza profunda dio con él y lo llevó a tasar a Cabinet Turquin, una famosa casa de subastas francesas.
El descubrimiento sacudió al mundo del arte por completo. En primer lugar, porque solo existen 13 obras atribuidas a Cimabue en el mundo.En segundo lugar, porque esta obra forma parte de un tríptico de 1280, con muchísima antigüedad. Además, los expertos creen que fue el maestro de Giotto, uno de los grandes artistas del pre-Renacimiento.
Todas estas razones pusieron su precio en más de 24 millones de euros cuando se encontró en 2019. Pero el gobierno de Francia decidió intervenir para evitar su exportación y le dio a la pintura el estatus de "Tesoro Nacional". Ahora, cuatro años después, el Museo del Louvre en París lo ha incorporado a su colección.
"Estas adquisiciones son el resultado de una movilización excepcional del Museo del Louvre que permite conservar en Francia obras codiciadas por los más grandes museos del mundo y hacerlas accesibles a todos", declaró el ministerio de cultura francés.
Fotos | Wellington Silva vía Pexels, Musée du Louvre.
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