Mi zapatero es el antónimo de eso que llaman "calzado ergonómico". Muy especialmente, por culpa de Dr. Martens. De esta marca mítica tengo varios pares en distintos formatos, pero todos con una cosa en común: absolutamente todos y cada uno de ellos me han destrozado los pies. Ampollas, rozaduras, sangre que tiñe calcetines blancos...
"Domar" el calzado de esta firma a menudo se siente como una especie de ritual de humillación, una prueba especialmente diseñada para que la mayoría se rinda y no pueda entrar en el club. Así que os podéis imaginar lo a cuadros que me he quedado cuando sus sandalias modelo Josef han resultado ser uno de los zapatos que más suaves y respetuosos han sido con mis pies en toda mi vida. Solamente destacaría como algo no tan positivo el que, como buenas Martens que son, pesan un poco más de lo normal.
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No obstante, poco es el calzado que no resulta incómodo y hace algo de daño al principio de estrenarlo. Sin embargo, ni una sola molestia me han provocado las Josef de Dr. Martens, que son su interpretación del modelo Arizona de Birkenstock. Eso sí, bajo mi punto de vista, estas tienen un acabado más elegante y bonito gracias a la suela típica de la firma británica, con ese característico acanalado y los pespuntes amarillos.
Además, doy fe de su versatilidad y de que quedan bien con todo: desde chándal hasta vestidos. Eso sí, para aseguraros unos pies sin ampollas tienen que ser concretamente las Josef de ante, no las de piel normal porque ese modelo es más rígido. En la web oficial están disponibles en dos colores: ambrato y verde oliva. No obstante, en otras tiendas online es posible conseguirlas en negro (u otras tonalidades) y con hasta un 40% de descuento.
Foto de portada | Urban Outfitters
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