Con un pueblo fantasma y aguas termales, este pueblo de Durango en México es el destino ideal para una escapada llena de aventura

Un pueblo con historia minera que se convirtió en escenario de una película y que tienes que conocer

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Los pueblos de México están llenos de historia que merece ser conocida, es por eso que las construcciones de antaño quedan como prueba del paso del tiempo para hacernos maravillar cuando conocemos sitios únicos como éste, que no sólo muestra con orgullo su antiguo esplendor minero, sino que también cuenta con atractivos naturales para disfrutar de una experiencia relajante.

En el estado de Durango, se encuentra el Pueblo Mágico de Mapimí, un lugar lleno de historia, misterio y belleza natural, que alberga un tesoro único: las aguas termales de Pelayo que se han convertido en el punto de encuentro favorito de viajeros que buscan disrutar de los beneficios de las altas temperaturas de las aguas termales.

Estas aguas cristalinas brotan de la tierra a una temperatura de entre 38 y 42 grados centígrados cargadas de minerales con propiedades curativas. Sumergirse en ellas es una experiencia revitalizante que relaja los músculos, alivia el estrés y mejora la circulación sanguínea, lo que hace que este destino sea una parada obligada para los turistas.

 

Las aguas termales de Mapimí se encuentran en un entorno natural espectacular: rodeadas de dunas de arena y formaciones rocosas, las pozas termales ofrecen un oasis de paz y tranquilidad en medio del árido desierto para disfrutar de un lugar ideal para la relajación y el descanso gracias al entorno natural, el sonido del agua y la temperatura cálida de las pozas que crean un ambiente perfecto para olvidarse del estrés y las preocupaciones.

Las aguas termales de Mapimí se encuentran a unos 240 kilómetros de la ciudad de Durango. Se puede llegar en autobús o en coche por la carretera federal 40.

El acceso es totalmente gratuito y se puede ingresar también de noche para disfrutar de las estrellas.

 

Si buscas un lugar que te haga sentir como un viaje al pasado, tienes que conocer el pueblo fantasma de Ojuela, que guarda entre sus ruinas un tesoro único: un puente colgante de 315 metros de largo que se eleva a 90 metros de altura sobre un cañón y que te garantiza vistas espectaculares.

Ojuela fue un próspero pueblo minero fundado en 1826. Durante su apogeo, llegó a tener hasta 5.000 habitantes que dependían de la extracción de oro, plata y plomo. Sin embargo, la mina cerró en 1928 y el pueblo fue gradualmente abandonado.

Actulamente podrás descubrir las ruinas de las antiguas minas del lugar y conocer más sobre el pasado de este pueblo, además, las vistas panorámicas del cañón y las ruinas del pueblo fantasma son impresionantes para capturar una foto del recuerdo, tanto, que se convirtieron en la locación de la cinta 'El Poderoso Victoria'

Ojuela es un pueblo fantasma ubicado en el municipio de Mapimí, en el estado de Durango, México. Se encuentra a unos 15 minutos al este de Mapimí, por un camino empedrado y de terracería.

Para llegar, puedes tomar la carretera federal 40 desde Durango capital hacia el norte hasta llegar a Mapimí. De ahí, seguir las indicaciones hacia Ojuela. El trayecto dura aproximadamente 2 horas.

Foto de portada de Instagram

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