Este pueblo escondido de España es tan secreto que solo se puede acceder atravesando una cueva

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Para vivir una aventura al más puro estilo Indiana Jones en la vida real, no es necesario ir a una escape room. Ubicado en la zona de Ribadesella, en Asturias, se encuentra un pueblo con una de las características más llamativas de nuestra geografía. Y es que, cualquier visitante que quiera llegar hasta Cuevas del Agua tiene que atravesar primero una cueva.

La Cuevona de Cuevas del Agua es el nombre que recibe una gruta de unos 300 metros de longitud que, como sucede con los túneles que atraviesan las montañas, sirve de acceso natural a este curioso pueblo asturiano. De hecho, es uno de los escasos ejemplos en todo el mundo de cavidades que se pueden atravesar en coche. Y es que está asfaltada e iluminada, pero las paredes son las piedras y rocas erosionadas por el paso de los años, en lugar del hormigón del que estaría hecho un túnel artificial.

Desde luego, la experiencia frente al volante es una sensación desconocida gracias a la grandiosidad de sus bóvedas que, además, están iluminadas. La cueva conserva unas excelentes formaciones calcáreas. Estalactitas, estalagmitas o coladas son algunas de las formaciones que por su belleza y singularidad reciben apodos como "La lengua del diablo" o "Las barbas de Santiago".

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Se trata de un lugar habitado por algas y hongos, líquenes, musgos, helechos. También por la fauna cavernícola: la salamandra ciega, las ranas y los murciélagos, entre otros. Aunque muchos se han mudado a otro cueva cercana (y protegida) debido al ruido del tráfico.

Una vez de vuelta a la luz del día, a la salida de la cueva podemos ver un par de grandes colmenas de abejas y especies de animales como la culebrilla de agua o la lavandera cascadeña, incluso es posible que alguna nutria se deje ver por el lugar.

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Aunque la joya de la corona sea la cueva ya descrita, el pueblo de Cuevas del agua es también un regalo para los sentidos. En él no viven más de medio centenar de vecinos, resultando un remanso de paz al que todavía no ha llegado el turismo masivo.

Ubicado en las orillas del río Sella, en un valle al pie de las montañas, el pueblo conserva debido al aislamiento elementos tradicionales de la vida rural. Además, hay rutas muy interesantes en los alrededores de la localidad, como la famosacomo Ruta de los Molinos y que es muy recomendable hacer una vez en la vida.

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Fotos | iStock

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