Como manda la tradición, la noche de Fin de Año llevaremos algo rojo, de un vestido a un tanga. Es importantísimo para que la buena suerte nos acompañe en 2026, pero ¿sabes de dónde viene esta superstición? No la hemos inventado en España, ni siquiera en el siglo XX. Llevamos rojo en Nochevieja por culpa de los romanos y de las brujas medievales. Tiramos del hilo.
El rojo de señor rico en el Imperio Romano
En la cultura romana, el rojo era uno de los colores más simbólicos que existían. Autores como Plinio el Viejo documentó en su obra 'Naturalis Historia' la importancia de este pigmento, tan caro y difícil de producir. Precisamente por eso, era una tonalidad de gente apoderada y se asociaba al alto status y a contextos religiosos y políticos muy prestigiosos.
El rojo teñía los paludamentum o túnicas de los comandantes y se relacionaba con fuerza y poder militar, con el dios Marte y con la victoria. Además, los romanos asociaban este color con la vida, la energía y la protección divina. Era, junto al púrpura, el color más deseado de todo un Imperio.
El rojo era un pecado medieval, pero gustoso
El rojo siguió siendo un símbolo de poder y protección durante la Edad Media, escogido por obispos y papas para señalar su imponente posición social. También lo usaban las novias en su gran día y ese fue su mayor error: se asoció a la fiesta, la bebida y la abundancia, al desenfreno y al abuso. Y de ahí a ser considerado pecaminoso en un contexto de mucha represión sexual. Y, por supuesto, si tu pelo era rojo eras una bruja.
Historiadores del color prominentes como Michel Pastoureau cuentan como este color representaba la muerte, el infierno y Satanás. Cuenta también como las prostitutas y los burdeles eran reconocidos mediante el color rojo. Con el tiempo, se asoció también a peligro: de las togas del verdugo a la señal de prohibido.
Entonces, ¿por qué seguir llevándolo? Pues porque el rojo tenía poder médico sanador y se creía que ir en contacto con algo rojo frenaba hemorragias, protegía contra enfermedades y equilibraba el cuerpo. Para aprovechar sus poderes y no tener problemas con las autoridades, se llevaba en capas no visibles de la ropa.
El rojo en Nochevieja: una amalgama de supersticiones
En la edad moderna, especialmente en lugares como Italia y España, hemos acumulado las ideas de buen augurio, tales como la protección contra enfermedades o la victoria, con la idea de que hay que llevarlas en secreto y en contacto con la piel. El resultado de las supersticiones romanas y medievales es que llevemos lencería roja, aunque para ellos fuera algo impensable. Si el César levantara la cabeza y viera que hemos hecho con sus preciadas túnicas...
Fotos | @calzedonia, 'Roma', Wikipedia Commons,
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