La mágica regla de los cinco segundos ha cambiado mis hábitos y está consiguiendo que sea más productiva y menos perezosa

Con ella somos capaces de pasar del pensamiento a la acción para alcanzar cualquier tipo de meta y huir de la procrastinación no solo en el trabajo

Regla De Los Cinco Segundos
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Soy una procrastinadora nata. Mi cabeza es capaz de buscar una excusa más rápido de lo que me gustaría reconocer, y siempre tengo el pensamiento de que “puedo hacerlo luego”. Cuando no consigo vencerla, ese “luego" se transforma en una interminable lista de tareas y es uno de esos hábitos que me provocan malestar, estrés y ansiedad.

Y aunque el mejor truco para vencer la procrastinación quizá sea tomarse un descanso, hay un truco de productividad para el que solo necesitamos cinco segundos, y te cuento cuál es.

En qué consiste la regla de los cinco segundos

La regla de los cinco segundos es un pequeño truco con el que hackear nuestro cerebro y pasar del pensamiento a la acción. Consiste en hacer una cuenta atrás de “5,4,3,2,1” y en el segundo uno “movernos” sin pensarlo más. Es un “no lo pienses más, hazlo".

El empresario australiano Tim Denning explicaba a NBC News BETTER que "esta técnica te ayuda a evitar la postergación y a superar tu miedo a tomar una mala decisión.” Así, unimos instinto (el momento en que pensamos en ese cambio) y corazón, en lugar de darle todo el poder a la lógica que nos lleva a pensar demasiado. Esta sencilla regla puede ayudarte a tomar decisiones, a evitar pensar demasiado y obligarte a tomar una decisión rápidamente.

La Regla De Los Cinco Segundos Excusas Fuera

Acuñada por la conferenciante y oradora motivacional Mel Robbins en su libro 'The 5 second Rule', está pensada para que sea ese primer paso que necesitamos para alcanzar nuestros objetivos. Robins asegura que la forma de salir de esa parálisis emocional y mental que nos bloquea y nos impide avanzar comienza por la regla de los cinco segundos, y añade además que es necesario “dejar de decir que todo está bien". Es decir, abrirnos a cambiar.

En su charla TED, Robbins explicaba que si no te mueves en cinco segundos, tus hábitos mentales toman el control y anulan tu instinto de cambiar, innovar o salir de tu zona de confort. "Si tienes el instinto de actuar en un objetivo, debes moverte físicamente en cinco segundos o tu cerebro lo eliminará. En el momento en que sientas un instinto o deseo de actuar en un objetivo o compromiso que deberías cumplir, utiliza la regla".

Según Robbins, la clave es crear una situación en la que debas cumplir con tu decisión. “No debes dejar que el miedo se apodere de ti y se interponga en tu camino”, así que cuando aparezca ese discurso y esa autoconversación negativa, la experta aconseja acallarla con la acción en sí. "Deja de decir 'no puedo hacerlo' o 'no quiero', porque sí que es posible", asegura Robbins.

Cuando tomas una decisión en pocos segundos, no tienes tiempo de analizar, solo de aceptarlo, lo que la experta explica como una decisión de valor: "Cuando actúas con coraje, tu cerebro no está involucrado, tu corazón habla primero y escuchas. Enfrentas al estrés". Así consigues dos cosas según la experta: despertar la parte de acción rápida del cerebro y limitar la influencia de la parte de actuación lenta del cerebro. Con ella, ponemos en jaque al síndrome del impostor que nos asegura que no podremos hacerlo, retamos a los miedos y nos ponemos en marcha.

Cómo aplicar la regla de los cinco segundos

Cuando surja una oportunidad solo cuenta 5-4-3-2-1 y muévete, no lo pienses. Tan fácil como eso. Lo mejor de esta regla es que nos sirve para pequeños proyectos como ordenar la mesa de la oficina, para proyectos grandes como un trabajo complicado que no sabemos cómo empezar y hasta para propósitos que nos hayamos puesto sean del calibre que sean.

La Regla De Los Cinco Segundos Procrastinacion

Por ejemplo, yo he usado la regla de los cinco segundos esta mañana para mi propósito de leer más libros. Antes de empezar a trabajar esta mañana he pensado en ello, y en lugar de decirme “luego me leo un capítulo”, he cogido el libro y he empezado a leer mientras desayunaba. He pasado a la acción sin darme tiempo de pensarlo más.

Este truco, especialmente práctico para conseguir nuevos hábitos, consiguió en su momento que venciera la pereza de ir al gimnasio. Cuando me decía tengo que ir al gimnasio, empezaba mi cuenta atrás y en el último segundo ya me estaba vistiendo para ir. Pero podemos aplicarlo hasta para salir de la cama por las mañanas.

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