Dr. David Curto, director médico: "un cuidado proactivo de los ojos podría prevenir complicaciones en etapas posteriores”

Según datos recientes el 80% de la población mayor de 60 años padece problemas visuales

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Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) en colaboración con la Fundación Salud Visual, el 80% de la población mayor de 60 años padece problemas visuales.

La vista es uno de los sentidos que más se ve afectado debido al paso de los años. Concretamente, a partir de los 60, la retina comienza a sufrir una pérdida de los fotorreceptores. Esto significa que se produce una pérdida gradual de la agudeza visual, provocando que el tamaño de la pupila disminuya, aparezcan las famosas cataratas vinculadas a la edad, la flacidez en los párpados, entre otros cambios de visión comunes derivados del envejecimiento.

Y es que a medida que se envejece, “la incidencia de condiciones oculares como la degeneración macular aumenta”, según nos cuenta el Dr. David Curto, director médico y de calidad de Sanitas Mayores, por eso las revisiones tempranas “se hacen esenciales para detectar y abordar posibles problemas”.

A los 40 comienza a preocuparte por tu salud ocular, seriamente

Pero si, de verdad, queremos prevenir problemas serios en la vista, un cuidado proactivo de la salud ocular a lo largo de la vida “contribuye a mantener una buena visión y prevenir complicaciones más graves en etapas posteriores”, asegura el experto.

Por eso, la edad recomendada para comenzar a prestar atención al cuidado de los ojos es partir de los 40. “Muchas personas experimentan cambios visuales relacionados con la presbicia a esta edad, lo que puede requerir el uso de gafas o lentes de lectura. Además, es recomendable realizar exámenes oculares periódicos para detectar otros problemas como glaucoma, cataratas y enfermedades retinianas, que tienen mayor prevalencia en la población de mediana edad y mayores”, aconseja.

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Presbicia, cataratas y degeneración macular, las enfermedades oculares más comunes en la vejez

El envejecimiento natural del cristalino, lo que podemos llamar la “lente del ojo”, hace que pierda elasticidad y flexibilidad y, por tanto, se nos haga más difícil enfocar de cerca al leer, algo que da lugar a la presbicia. Esto también puede provocar la disminución en la producción de lágrimas y cambios en la composición del líquido lagrimal lo que puede causar sequedad ocular, irritación y mayor sensibilidad a la luz, afectando la calidad de la visión”, advierte el doctor.

Por su parte, las cataratas, como decíamos, son otra de las enfermedades más comunes en los ojos vinculado al envejecimiento, pero estas aparecen debido a los cambios que experimentan algunas estructuras como la córnea, lo que provoca la pérdida de nitidez visual. “Se desarrollan cuando la proteína en el cristalino del ojo se descompone, provocando una opacidad en la lente y causando visión borrosa. Este proceso suele estar relacionado con el envejecimiento, aunque puede ser influenciado por factores genéticos y ambientales, como la exposición prolongada a la luz solar ultravioleta”, sostiene el Dr. Curto.

También cabe destacar el glaucoma como otra de las enfermedades oculares vinculadas a la edad, que se produce cuando hay un aumento de la presión intraocular, lo que va dañando de forma gradual el nervio óptico y origina la pérdida de la visión periférica. Para prevenir esta enfermedad ocular, las revisiones a edades tempranas se hacen imprescindibles, ya que “la mayoría de las veces, el glaucoma no presenta síntomas evidentes en sus etapas iniciales”.

 

La degeneración macular y su vínculo con el daño oxidativo

La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) es muy frecuente también en la población sénior. La mácula, la parte central de la retina responsable de la visión detallada, se deteriora con el tiempo, lo que trae consigo una pérdida progresiva de la visión central.

“Aunque la causa exacta no se comprende completamente, se cree que factores genéticos y la acumulación de daño oxidativo en las células de la retina asisten al desarrollo de esta condición”, asegura el experto. Esta enfermedad al ser oxidativa se ha relacionado también con la alimentación, ya que hay estudios que dicen que mantener una dieta saludable y equilibrada con alto contenido en antioxidantes como los frutos rojos, puede ayudar a prevenirla.

Fotos | Pavel Danilyuk , Anna Shvets de Pexels

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