Este científico ha dedicado su vida a estudiar el envejecimiento y ha averiguado algo: la mejor forma de tomar el café para vivir más

El profesor Morten Scheibye-Knudsen dirige un grupo de investigación en la Universidad de Copenhague y su objetivo es retrasar el envejecimiento y prevenir las enfermedades asociadas con la edad.
En ese trabajo de investigación, él mismo es conejillo de indias y pone en práctica algunos hábitos, uno de ellos relacionado con el café y con cómo lo tomamos tal y como explicaba en BBC Science Focus.

Tomar café está relacionado con la reducción de la mayoría de las enfermedades asociadas con la edad y la demencia. La cafeína puede mejorar la memoria y proteger las células cerebrales de posibles daños, y hasta se han encontrado vínculos entre el café y un menor riesgo de enfermedad de Parkinson. Además, el consumo de café está relacionado con un menor riesgo de mortalidad y recientemente un nuevo estudio en el que participaron más de 47.000 mujeres ha encontrado vínculos entre el consumo de café y vivir más años de forma saludable.

El consumo regular y moderado de café afecta a los mecanismos biológicos que se ralentizan o fallan de forma natural a medida que envejecemos, y puede llegar a añadir hasta dos años más de vida saludable a nuestra cuenta. Una cantidad moderada y segura para la mayoría de los adultos sería tomar de cuatro a cinco tazas al día (400 mg de cafeína) es lo ideal y según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

Como explica Scheibye-Knudsen, parece que las moléculas conocidas como polifenoles y flavonoides, además de la cafeína, son responsables de los beneficios, que aumentan si consumimos grasa con el café, es decir, si lo tomamos con leche. Los beneficios sin mucho mayores que al tomarlo solo. Al añadir leche al café, aumenta la absorción de polifenoles y flavonoides porque estas moléculas se disuelven mejor en la grasa. Y no, no vale la leche desnatada, debe ser leche entera para conseguir los beneficios de los que hablamos.

Necesitamos tomar mucho café y siempre con leche entera si queremos que afecte de forma positiva a nuestra edad biológica. La edad biológica no es la edad que conocemos como el tiempo cronológico que ha pasado desde que nacimos. Cuando hablamos de edad biológica lo hacemos de los años que tenemos en función del estado funcional de los diferentes órganos de nuestro cuerpo. Podríamos decir que la edad biológica es una representación de cuánto tiempo puedes vivir una vida más sana y feliz y se mide a través de diferentes parámetros, como la alteración de tu ADN por metilación, tu capacidad auditiva o el tiempo puedes mantenerte en pie.

Lo importante de esto es que la edad biológica es algo modulable, por ejemplo, puede aumentar con el estrés pero mantenerse a raya con hábitos saludables como el ejercicio físico o la alimentación saludable. “La edad biológica refleja mucho mejor el estado de salud que las velas de cumpleaños”, explicaba a Fortune David Sinclair, profesor de Genética de la Escuela de Medicina de Harvard. “Determina nuestra salud y, en última instancia, nuestra esperanza de vida. Es el número de velas que deberíamos apagar”, asegura.

Fotos | Polina Kuzovkova en Unsplash, Jonah Löffler en Unsplash

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