Los celos y las redes sociales son muy mala combinación: así se maneja y se supera

Los celos y las redes sociales son muy mala combinación: así se maneja y se supera

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Los celos y las redes sociales son muy mala combinación: así se maneja y se supera

“Pepito (o Pepita) le ha dado a Me gusta a todas tus fotos menos en las que salgo yo”. “¿Quién es Juanita y por qué comenta tanto?” “¿Aún no has cambiado tu estado en Facebook?” Las redes sociales han venido a facilitarnos la vida en algunas cosas pero, ¿nos la complican a nivel de pareja? Celos y parejas en la era de las redes sociales, ¿sobreviviremos?

Cuando nuestros tatarabuelos empezaron su relación es probable que el mayor gesto público que podían permitirse era caminar juntos por la calle. Eso sí, con un familiar (normalmente la madre de ella o la abuela) entre medias, no fuera que la gente dijera cosas…

Cuando nuestros padres empezaron su relación probablemente se escribieron alguna carta secreta de amor, fueron de la mano a escondidas por el pueblo o bailaron “una lenta” (pero que corra el aire) en algún guateque… siempre y cuando las luces estuvieran apagadas y nadie viera nada.

Cuando hoy empezamos una relación no solo no tenemos que esconderlo, sino que el hecho de no hacerlo “megapúblico”, de proclamarlo en las trescientas redes sociales en las que tenemos perfil, puede crear un conflicto en la pareja. Ha cambiado la cosa en unos años, ¿verdad?

¿Qué son los celos?

Los anglosajones denominan a los celos como “el monstruo de los ojos verdes”… No sé de qué color serán los ojos, pero de que estamos ante un monstruo (y feo) no tengo la menor duda.

Sobre el papel entendemos por celos un sentimiento de malestar que surge cuando tenemos la sospecha, el miedo o la certeza de que la persona sobre la que hemos depositado nuestra atención y afectos se dedica a su vez a depositarlos sobre otro/a (o ese otro los deposita sobre él/ella y éste se deja querer…) y temamos perderlo o perder sus atenciones. Creo que todos lo tenemos claro, ¿no?

Casi todo el mundo ha sentido celos alguna vez en su vida, ya sea en el contexto de la relación de pareja, en el de hermanos o entre los amigos. Bien gestionado el sentimiento de celos no tiene por qué suponer un malestar significativo ni afectar a la calidad de las relaciones. Me explico: no debemos fustigarnos tampoco si alguna vez sentimos algo así, es la gestión que de ello hacemos, la interpretación y la conducta lo que puede hacer que verdaderamente lo convirtamos en un monstruo… de ojos verdes. Keep calm.

Ahora bien, si pasamos de una leve sensación a un sentimiento que nos lleva a querer controlar la conducta del otro, a tener peleas, a pasarlo mal (y hacerlo pasar mal) ya entramos en otro terreno mucho más serio que hay que trabajar, ¿ok? Hoy aquí hablo de sensaciones ligeritas, sin entrar en estos terrenos.

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Celos en las distintas redes sociales

Facebook Un estudio de la Universidad de Guelph (Ontario, Canadá) determinó que, efectivamente, el uso de Facebook por parte del otro miembro de la pareja aumentaba la sensación de celos. ¿Por qué? Entre otras explicaciones nos cuentan que el hecho de ver información “descontextuada” sobre nuestra pareja (no es lo mismo escuchar una conversación en directo que leer un comentario aislado en internet) podría estar detrás de este efecto.

Whatsapp y su amado y odiado doble check. No son pocos los que se desesperan ante el hecho de que su pareja haya estado conectada a whatsapp pero no haya leído sus mensajes. ¿Por qué no lo ha hecho? ¿Qué estará haciendo? La mente entonces se deja llevar, y no precisamente al mejor escenario posible.

Instagram ¿A quién le da su corazón y quién se lo da a mi pareja? Hay quien siente que esos “me gusta” conllevan algo más que un simple “me ha molado tu foto por el motivo que sea”. De nuevo nos encontramos con que la falta de contexto hace que nuestra mente rellene de la peor manera posible… eso y el hecho de pensar, no voy a pecar de bienpensante, que a nuestra pareja no le puede parecer atractivo nadie más en la tierra que nosotros. ¿De verdad lo crees? ¡Ay!

Aplicaciones para ligar: ¿y si no ha cerrado su perfil? ¿Y si me meto para ver si se ha conectado alguna vez desde que estamos juntos?

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¿Hay manera de controlar al monstruo de los ojos verdes en la era digital?

Pues mira, lo principal, la clave, lo imprescindible es establecer los parámetros de confianza que necesitamos, con qué nos sentimos ambos cómodos y con qué no, y para eso hace falta buena comunicación con la pareja (que a su vez redundará en menor sensación de celos, es todo ventajas).

Lo que no se dice no se sabe, lo que se queda en el limbo se convierte en monstruo, y al final se puede cargar nuestra relación. Si confías en tu pareja, si lo tenéis claro, ¿qué importa que haga o deje de hacer? Con la buena comunicación desambiguamos esos mensajes y no hacemos lecturas malignas o negativas de ellos.

Control conductual: no obsesionarse y no andar comprobando cada paso de nuestra pareja en cada red al minuto. Si analizamos bajo el microscopio la conducta de alguien en busca de algo turbio… lo vamos a encontrar, ¡pero porque queremos encontrarlo! Es la profecía autocumplida, y es una caca además de una pérdida de tiempo. Ponte límites y de nuevo, insisto, si te sientes insegura habla con tu pareja, por favor.

Reestructurar nuestros pensamientos: ¿de verdad crees que si no te contesta es porque no quiere hablar contigo? No todos están(mos) todo el rato pendientes del teléfono, no siempre uno puede responder a un whatsapp… y no por eso se quiere menos. Calma y pasa del doble check, que es un invento del diablo parejil.

Los celos no sirven para nada, por mucho que hay quien diga que responden a algo primitivo que nos ayudaba a “mantener la familia y perpetuar la especie”. En el siglo XXI que estamos tenemos que ser capaces de gestionarlo tanto a nivel individual como en pareja, porque es mejor pasar la tarde metiéndose mano que cotilleando su Facebook en secreto, ¿no te parece?

Fotos: Pixabay.com

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