Las cinco situaciones en las que te cargarías (con mucho cariño) a tu pareja

Las cinco situaciones en las que te cargarías (con mucho cariño) a tu pareja

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Las cinco situaciones en las que te cargarías (con mucho cariño) a tu pareja

A estas alturas de la jugada nadie va a sorprendernos con aquello de “los hombres son de Marte y las mujeres de Venus”. Se trata de un hecho científicamente probado que constatamos día a día al ir a hacer la maleta, o yo que sé, freír un huevo. Nos sacan de nuestras casillas pero les queremos con locura, eso sí, querido mío, no vuelvas a repetir ninguna de estas meteduras de pata o vuelves a vivir con tu madre. He dicho.

Vaya, ¡se me ha(n) olvidado las llaves del coche/lista de la compra/cabeza en casa!

Era de esperar, no te asustes, no te enfades, sabías desde el momento uno que cerraste la puerta de casa que esto iba a ocurrir. Casualidades de la vida o no, se le han vuelto a olvidar las llaves del coche en casa, justo hoy que lo teníais aparcado a 5km de vuestro piso. Justo hoy que vas con mucha prisa.

Respira hondo, cálmate, todos podemos tener un despiste, ¡¿pero por qué diablos tenía que ser hoy que por ningún casual podía yo llegar tarde?! Y ahí es cuando empezamos a echar humo cual locomotora de vapor.

“Confía en mí, yo me acuerdo” y otras tantas situaciones en las que es mejor no hacerles caso

Esta situación bien podía preceder a la anterior. El “yo me acuerdo” es el sinónimo del “yo controlo” aplicado a cosas cotidianas como la lista del súper.

Nunca, repito, nunca, dejéis en sus manos la lista de la compra. Se les olvidará, perderá, extraviará o desintegrará, pero jamás de los jamases llegará sana y salva al Carrefour de turno. Tras ello, el dilema kétchup-cátsup será inminente. ¿Qué hacer cuando no tienes apuntado aquello que necesitabas?, tirar de memoria, sí, con todas las consecuencias (y olvidos)

Avísale por activa y por pasiva, pero terminará haciendo lo contrario a lo que le dijiste

“Cuando vayas a coger eso que está encima de aquello, cuidado porque lo otro puede caerse”, y se caerá, y se desparramará por la habitación, cocina o baño. Y te enfadarás, pero le perdonarás al verle con carita de cordero degollado y un “perdona, no me he dado cuenta” en los labios.

Para la próxima pon un post-it recordatorio. Consejo.

El tema de las fechas no es su fuerte, asúmelo

En esta ocasión también podríamos aplicar el gran remedio del post-it, pero terminaríamos por no saber dónde poner ese imán tan cuqui que nos trajo nuestra mejor amiga de Mallorca con tanto papelito amarillo en la nevera.

La situación es la siguiente: las citas con médicos y revisiones no van con ellos, bluf, se olvidan. Todo lo relativo con viajes y documentación es cosa de extraterrestres. Mejor no hablar de cumpleaños familiares (suerte si aún recuerdan el tuyo), por no hablar de aniversarios y días señalados como San Valentín en el caso de que lo celebréis. En fin, que lo mejor es ir apuntándolo todo en una agenda y/o calendario y revisarlo de vez en cuando. No vaya a ser…

El fútbol, ese gran impostor-destroza planes

Le pediste por favor que ese día era tuyo y solo tuyo porque querías cenar/ir al cine/ver una película manta y palomitas en mano/invitar a tu amiga a casa/ (inserte aquí plan), pero su equipo (o cualquier otro cuyo efecto en él sea mayor que tus ojitos del gato de Shrek) ha decidido pasar la eliminatoria y jugar un importante partido ese día.

Lo siento querida amiga, en situaciones como esta has perdido toda capacidad de negociación. Ni siquiera Adriana Lima sacada del desfile de Victoria’s Secret les haría apartar la vista del jugadón que Messi ha estado a punto de culminar.

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