Sabemos que el conflicto es inevitable en una relación de pareja. Saludable incluso si hacemos caso a la psicóloga y sexóloga María Esclapez, que afirma que discutir “no es malo ni es indicador de que la relación va mal, ayuda a negociar y aclarar las cosas”, en su libro ‘Me quiero, te quiero’. Pero lo que sí es malo es normalizar ciertos hábitos tóxicos que nos hacen daño y que no siempre vemos claramente que sean tan malos. Hoy te traemos uno que te va a sorprender: marcarse un 'sméagol-ing'.
Pasar a ser una víctima en un abrir y cerrar de ojos
El doctor James Cordova, profesor de psicología en la Universidad Clark y autor del libro ‘The Mindful Path to Intimacy’, aseguraba en The New York Times que hay un hábito que ha llamado hacer 'Sméagol-ing' que puede surgir durante una discusión. Sí, el nombre se basa en el personaje de ‘El Señor de los Anillos’, Sméagol, cuyo alter ego es Gollum. el personaje cambia durante varias escenas de las películas de uno a otro, pasando del agresivo Gollum al Sméagol llorón y asustado.
Cordova explica que durante un conflicto, uno de los miembros de la pareja expresa una queja, y la otra persona responde con algo como “Lo sé, soy lo peor. Soy una pésima pareja. Ni siquiera sé por qué estás conmigo". Lo que hacen es rendirse antes de tiempo, explica el experto. “En lugar de abordar el problema, simplemente se rinden como Sméagol". Es más importante de lo que parece, porque se usa como una táctica de distracción que “desestima la preocupación de la otra persona”.
Según explicaba al mismo medio el Dr. Andrew Christensen, profesor investigador del departamento de psicología de la UCLA, "Es como decir: 'Aparentemente estoy de acuerdo contigo, pero estoy exagerando lo que dices hasta el punto de que se convierte en un ataque en sí mismo'". Es decir, lo que buscas es convertirte en una víctima que reclama salvación, y consigues generar un sentimiento de culpa en la otra persona. Esto no significa que si te has equivocado no reconozcas tu culpa, lo que significa es que debes concentrarte en lo que preocupa tu pareja y dejar de hacerlo en ti mismo y tu victimismo. La queja viene de la otra persona y tú no eres la víctima en esto. Escuchar el problema y atenderlo como merece, es mucho más constructivo.
Si tu pareja está marcándose un 'sméagol-ing', el Dr. Cordova recomienda que respondas “con una mezcla de compasión y honestidad”. Puedes empezar validando sus sentimientos con un feedback como “se que es difícil recibir una crítica/queja, a mí también me cuesta” y asegúrate que comprenda que te importa, que le quieres, pero no te olvides de ti ni contestes con un “no pasa nada” si te ha hecho daño o quieres negociar o cambiar algo de vuestra dinámica. Puedes reiterarle que necesitas que te comprenda, que deseas que escuche lo que dices y que es importante para ti que lo haga por x razones.
Reconozco que como fan incondicional de ‘El Señor de los Anillos’, el concepto me resultaba curioso solo por el nombre, pero al entender su significado me di cuenta del peligro que suòne y que se suma a otras prácticas intentar ganar la discusión, que solo consiguen desconectarnos y ponernos a la defensiva. A estos se suman los cuatro jinetes del apocalipsis en lo que a relaciones se refiere, que exploraban los psicólogos expertos en relaciones John y Julie Gottman: la crítica, el desprecio y los insultos, la actitud defensiva y la desvinculación emocional. Pero por suerte para todos hay un remedio, y es escuchar y comunicarnos con nuestra pareja desde el amor y el respeto.
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