'Team' Leire o 'team' Amaia: por qué La Oreja de Van Gogh parece más auténtico con la vuelta de su fundadora y por qué está bien

Pop Base es un portal de noticias internacional que prácticamente nunca hablan de cosas de España, pero hasta ellos se han hecho eco de la vuelta de Amaia a La Oreja de Van Gogh. Probablemente, la gran mayoría de sus más de dos millones de seguidores se habrán quedado preguntándose quiénes narices son, pero es una muestra más del capítulo en la historia de la música en español que firmó aquella formación original, rota hace 18 años.

LODVG, historia e intrahistoria de España

Durante la etapa con Leire Martínez, de 2008 a 2024, La Oreja de Van Gogh siguió teniendo éxito, cosiguiendo números uno y certificaciones de platino y oro con su nuevo material. Sin embargo, si nos vamos a los datos, fue con Amaia Montero cuando la formación tuvo su mayor éxito.

'El viaje de Copperpot' (pubicado en el año 2000 y por lo tanto, con Amaia), sigue siendo el mayor éxito comercial de La Oreja de Van Gogh hasta la fecha. Solo en España vendió más de 1,2 millones de copias y se le otorgó el Disco de Diamante, algo que muy pocos discos nacionales han conseguido.

Siendo justos, también es cierto que la marcha de Amaia coincidió con un declive generalizado en la venta de discos y una transformación en la industria musical, pero existe otro termómetro innegable... Muy pocas canciones de esa segunda etapa han conseguido convertirse en los himnos atemporales, de esos que todo el mundo se sabe, y que sí son temas como: 'Rosas', 'La playa', '20 de enero', 'Dulce locura', 'Puedes contar conmigo', 'Muñeca de trapo', 'Cuéntame al oído' o 'París'. Nombrando, literalmente, la lista de los diez primeros vídeos que salen al buscar al grupo en YouTube, y que se completa con solo dos canciones, entre medias, con Leire: 'El último vals' e 'Inmortal'.

Es un hecho que, culturalmente, la música de aquellos primeros discos tuvo un mayor impacto, con aquellas canciones que siguen conocidas, incluso por quienes nunca fueron fans (me incluyo). Somos toda una generación los que tenemos un vínculo emocional con aquellos años del grupo, incluso si sus letras nos parecen cursis y la voz de Amaia demasiado dulce (¡presente!). 

Para muchos, las canciones de LODVG con Amaia Montero forman parte de la banda sonora de nuestras vidas. Para mí, por ejemplo, son un viaje a la preadolescencia, a las amigas del colegio, a los viajes en el coche con mi padre... Es nostalgia. Es un vínculo emocional.

Un vínculo emocional que, sí, la generación Zeta es más probable que, por edad, lo tenga con Leire, ahora jurado de 'Operación triunfo'. Sin embargo, ya ha quedado claro quién (y por qué) es el principal público objetivo al que van a sacarle los cuartos tirando de nostalgia.

Leave Amaia alone

Que su gira de regreso será un sold out instantáneo es algo que no debería pillar por sorpresa a nadie cuando suceda, incluso con la multitud de críticas que llevan meses recibiendo tanto Amaia como el resto de miembros de LODVG. Las personas somos así de contradictorias, hipócritas y veletas, sobre todo cuando se trata de asuntos de carácter sentimental como este. Pero, unpopular opinion: es entendible y tampoco es para tanto.

Echar a Leire después de 18 años de dedicación se puede calificar de muchas maneras: es poco ético, jugar sucio, una putada... Pero no es diferente de lo que sucede tan a menudo en otros aspectos de la vida. Los matrimonios se rompen, el amor se acaba, las relaciones comerciales se quiebran, los despidos suceden... Echar a Leire y que vuelva Amaia nunca ha sido el problema real de este culebrón. 

Ludmila Joaquina Valentina Buyo

Sí lo son las condiciones en las que se sospecha que la cantante formó parte de la banda durante casi dos décadas. Se sabe que el grupo factura a través de una Sociedad Limitada. Es decir, tienen una empresa de la que 'Vanitatis' reveló que solo los cuatro músicos y Amaia son socios y a partes iguales (al 20%). Y es que, a pesar de haber abandonado la banda en 2007, ella nunca ha dejado de formar parte de la empresa creada para gestionar el negocio que es la banda.

Aunque no se conocen todos los detalles, porque hay firmado un contrato de confidencialidad, eso deja a Leire como una mera empleada, en la práctica. Alguien a quien contrataron para ponerle voz a sus letras. Hasta ella misma declaró públicamente que hubo "un momento en el que dejó de sentirse un miembro de pleno de derecho del grupo". 

Ante esto solo quedan dos posturas: o te mantienes firme en defender el trato reprobable dado a Leire y no lo apoyas después consumiendo su música ni comprando entradas para la gira. O te callas ya un rato. No te avergüences, es entendible que te mueras de ganas de gritar a pleno pulmón y en comunidad "Que recordarás las tardes de invierno por Madrid..." si ya tienes cierta edad. La nostalgia siempre vende y está comprobado que no nos importa pagar por revivirla.

Al final, más allá de los contratos, las Sociedades Limitadas o las polémicas, lo que une a tanta gente con La Oreja de Van Gogh no es una vocalista concreta, sino lo que esas canciones nos hicieron sentir. Aunque el tiempo haya pasado, la emoción sigue siendo la misma: ese reflejo de una época que ya no volverá, pero que sentimos un poco más cerca si es con la misma cantante de siempre.

Foto de portada | La Oreja de Van Gogh y HBO

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