No hay historia sin su correspondiente antagonista. En la vida real este papel lo puede tomar tu ex, la señora del mostrador de tu centro de salud que se ha propuesto no facilitarte para nada la gestión que tienes entre manos o tú misma si tienes la autoestima y el amor propio un pelín mermado.
En las películas de Disney este papel lo toman sus reconocidos villanos y desde luego que en toda su filmografía hay para aburrir. Pero estos son los más malvados de entre todos los malvados.
El juez Claude Frollo
Mira, nos da exactamente igual que estés de acuerdo o no, pero es que desde que vimos por cosas de la vida la película de El Jorobado de Notre Dame se ha convertido en el peor personaje de Disney de todos los tiempos. Es todo un misógino de manual con muchos highlights de maldad a lo largo de la duración de la cinta: desde ese momento en el que culpa a Esmeralda de que por su mera existencia lo va a llevar a la locura deshaciéndose él de toda responsabilidad sobre sus acciones, hasta las vejaciones hacia Quasimodo, claro, al que usa a su antojo.
Cruella de Vil
¿Es Cruella de Vil, como se infiere de su nombre, una mala persona o simplemente es una chica independiente, con su propio negocio y ambiciones?, ¿estaríamos hablando de alguien con mentalidade de tubarão si fuera un señor?
No, ahora en serio. Aunque quizás en el párrafo anterior haya algo de verdad contenida, sobre todo teniendo en cuenta el background del personaje que nos relataron en Cruella, estamos totalmente en contra del secuestro de cachorritos de dálmata con la posterior intención de comercializar su codiciada piel.
Scar
A ver, al igual que sucede en el caso anterior, a este león con intenciones cuestionables ya lo bautizaron con nombre de malote. Una cicatriz te puede convertir en el asesino de tu hermano o en el encargado de acabar con El Que No Debe Ser Nombrado y en el caso de Scar lo que sucedió fue lo primero. Pero claro, ante un poco de sufrimiento, Disney siempre acaba poniendo cada cosa en su lugar.
Hades
A ver, Hades tenía que estar sí o también en esta lista, aunque sea un villano por el que se pueda llegar a sentir hasta ternura, al igual que sucede por Yzma y Kronk de El emperador y sus locuras.
Hades, Señor del Inframundo, un designio y cometido impuesto por Zeus con el que no está muy de acuerdo, se encarga de ponerle zancadillas a Hércules durante toda la película. Pero claro, ¿quién no se ha comportado alguna vez de forma un poco tiránica cuando ha estado en un trabajo horrible?
Úrsula
Lo de esta reina de las maldades subacuáticas es un family affaire. Sí, sí, tal y como lees y es que Úrsula no es nada más y nada menos que la tía de Ariel. ¿Cómo te has quedado?, ¿cuajada? Lo entendemos.
Úrsula la típica tía que cuando tus abuelos fallecieron quiso arramplar con todo el tema herencia, llamó a los abogados y luego tuvo que terminar pagando ella todo porque lo que alegaba no tenía ton ni son. Qué decirte que no sepas... Y claro, ¡semejante inquina cultivaría tras eso para hacerle lo que le hizo a su sobrina!
Aunque déjame decirte, que en el cuento original todo es mucho más duro y realista, aún tratándose la historia de sirenas. No, Ariel, al príncipe le va a importar tres pimientos lo que tú sientas, querida. Lo tuyo sí ha sido amor a primera vista, pero lo de él ha sido más una situationship.
Lady Tremaine y sus hijas
Qué papel tan importante ha jugado Disney en la imagen que tenemos de las madrastras cuando hay de to' en la viña del Señor. Desde luego que Lady Tremaine, la de la Cenicienta, y sus hijas cumplen con creces todos esos clichés que asociamos a estas figuras y que en la actualidad podemos ver identificadas en parte en algunas de las mujeres de la familia Featherington de Los Bridgerton.
Jaffar
Este personaje es el típico al que le tendríamos que decir eso de "suélteme el brazo, por favor". Jaffar es un trepa de cuidado, esa persona que llega a la empresa y se piensa que va a heredarla y comienza a comportarse de forma extraña y mal en detrimento de sus compañeros. Mira, Jaffar, eso está pasadísimo de moda ya, de verdad. Aparta.
En su "perfecto" plan de escalada hasta la cima, el consejero pretende acabar con la vida del sultán, es decir, del padre de Jasmine, casarse con ella y hacerse con el control del reino, claro.
La Reina Grimhilde
O lo que es lo mismo, la madrastra, otra, de Blancanieves. A ver, si ella hubiera tenido otros referentes quizás se podría haber convertido en una momager de su hijastra al más puro estilo Kris Jenner, pero claro, estaba tan obsesionada consigo misma que poca cabida había en el reino para otra fémina más.
De hecho, su obsesión por la belleza era tal que bien podría desarrollar su arco de personaje en la actualidad, porque sería la mayor adepta al filtro Bold Glamour, por ejemplo. Además, ese microblading que luce es inconfundible. Y su comecocos con no envejecer, una Narcisa, literalmente, de manual.
El Príncipe Hans
Puede que no llegue a los niveles del juez Frollo, pero el príncipe de Frozen es un personaje que nos trae por la calle de la amargura. Con la presencia de este personaje Disney rompe en parte con su clásico "y fueron felices y comieron perdices", cambiando el lugar de ese sentimiento y trasladando el amor de una pareja a la hermandad entre Elsa y Anna.
Gastón
Pocos personajes de Disney tienen tantas red flags como nuestro querido Gastón. De hecho, lo que nos extraña es que Bella tuviera tan claro cristalino que no quería tener nada que ver con él, porque aquí más de una y más de dos nos habríamos enganchado como una lapa a él durante un tiempito al menos. El justo y necesario para darnos cuenta de que solo es un imbécil con buenas pintas.
La Bestia
A ver, vamos a dejar de romantizar los secuestros, ¿no? Creemos que ya es hora, sobre todo porque luego tenemos que soportar bodrios como 365 Días, esa película terrorífica, saga de hecho, basada en unos libros que a su vez beben en parte de 50 Sombras de Grey, ¿qué podría salir mal?
Todas estamos de acuerdo en que La Bestia tiene un desarrollo de personaje brutal y todo eso pero uno, a las mujeres no nos gustan que nos secuestren o que nos retengan contra nuestra voluntad para saldar deudas familiares; dos, no estamos para ser las salvadoras de nadie. De verdad que no. Bastante tenemos con cuidar de nosotras mismas como para tener que escuchar ese sonidito de "I can fix him" y creérnoslo. Ya basta.
Fotos | Disney
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