Llega el turno de uno de los diseñadores que más suele sorprender en la Semana de la Moda de Nueva York, Marc Jacobs, y el diseñador se ha olvidado de los fuegos artificiales, de crear algo innovador y rompedor, para hacer una colección terriblemente bella y dulce.
Creo que aceptaría la colección completa de Marc Jacobs para el próximo Otoño-Invierno 2010/2011 en mi armario. Marc Jacobs nos lleva a los años 70 (un look similar al que llevaba Meryl Streep en Kramer contra Kramer), con trajes sastre, larguras que llegan a media pierna, y un look femenino que definitivamente destierra el look rockero y duro de los años 80 que abusaba del cuero, del negro y de las hombreras.
A cambio, tenemos siluetas lánguidas que se ajustan en la cintura pero que no destacan por su volumen.
Los tonos son apagados: grises, cremas, azules marinos y algo de amarillo que se entremezcla. Las prendas tienen líneas muy depuradas.
El tejido predominante es la lana y los looks más embellecidos vienen de la mano de las lentejuelas, del terciopelo y de las aplicaciones de piel en cuellos y puños.
También hay hueco para el lamé y para looks en plateado y dorado que dan luz a la colección.
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