Hoy vamos a dejar de lado un poco a las new faces de las pasarelas y vamos a dedicar nuestro espacio habitual a Helena Christensen, palabras mayores, una de las grandes representantes del fenómeno de las tops de las 90 de las que se llegó a decir en su día que eran las dominadoras del mundo.
Posee de una de las miradas más cautivadoras, que junto con su casi 1,80 de altura, su piel canela, sus curvas y su clase la han hecho ser una de las más grandes y atractivas tanto dentro como fuera de las pasarelas en toda la historia.
Buena prueba de ello son las palabras de elogio que los grandes diseñadores tienen para ella, desde Karl Lagerfeld :"nadie tiene mejores piernas que ella", hasta Versace: "Helena posee el cuerpo más bonito que he visto".
A sus ya 40 años recien cumplidos y madre de un hijo, Helena Christensen puede presumir de ser una de las mujeres más elegantes y chic, también en la actualidad, ya que aunque se haya retirado de las pasarelas aún podemos verla en infinidad de actos y publicaciones. Pero será mejor que vayamos recordando como comenzó todo.
Helena Christensen, a pesar de ser danesa, puede presumir de poseer sangre latina en sus venas. Su padre es danés y su madre peruana, lo cual explica ese exótico tono moreno en su piel. A pesar de que una de sus mayores ambiciones desde pequeñita era dedicase al mundo de la música, pronto comenzaría a explotar sus cualidades frente a una cámara de fotos. Sería a los 9 años cuando tendría sus primeros trabajos como modelo para ropa infantil.
En su adolescencia no dejaría olvidado el mundo de la moda, consiguiendo a los 17 años uno de sus grandes objetivos, convertirse en Miss Dinamarca. No sólo consiguió el título de ser la más guapa de su país, sino que con esa victoria consiguió un pasaporte hacia el éxito. La agencia Marilyn puso sus ojos en ella y al poco tiempo ya tenía una propuesta para trabajar en París previa participación en Miss Universo.
En 1989 ya tendría su primer trabajo para Elle Francia de la mano del fotógrafo Friedemann Hauss, pero su despegue al estrellato sería en Marzo de 1990 de la mano de Peter Lindbergh y su portada para la edición británica de Vogue.
Sólo pasarían unos meses para empezar a verla desfilar en París para Fendi, Azzedine Alaia y Martine Sitbon.
A partir de ese momento todo comienza a ir muy rápido para Helena Christensen. Incluso hace sus pinitos en el mundo de la televisión. Se convierte en la protagonista del videoclip Wicked Game de Chris Isaak, uno de mis vídeos favoritos, que ha sido calificado por muchos como el videoclip más sexy de la historia de la música, podéis comprobar que razones no faltan.
También tiene un pequeño papel en la película Inferno estrenada en 1992 y un cameo en la película Prêt-à-Porter en 1994, entre otras. El cine siempre le sedujo, de hecho en la actualidad está en pleno rodaje de una película danesa.
Pero volviendo a su repaso como modelo, no podemos olvidarnos de la cantidad de campañas que protagonizó. Sus primeras campañas fueron para Revlon (1993 y 1994) y Versace (1994) a las que posteriormente se añadirían una cantidad interminable de trabajos. En 1994 también haría aparición en el calendario Pirelli fotografiada por Herb Ritts, donde aparecería fotografiada junto a Kate Moss o Cindy Crawford entre otras.
Cada nuevo trabajo era un nuevo escalón en su trayectoria, y a mediados de los 90 ya era considerada como una de las tops models más importantes, algo que por aquel entonces tenía muchísimo mérito. En 1996 llegaría a protagonizar 16 portadas y desfilaría para diseñadores como Valentino, John Galiano, Christian Dior, Givenchy, etc.. Un año más tarde firmaría un contrato de exclusividad con Victoria's Secret.
Pero si hay un año a recordar para Helena Christensen, es 1999. Ese año co-funda la revista Nylon, donde además de ser co-fundadora, se convierte en editora y también se dedica a la parte fotográfica, una de sus grandes pasiones como veremos posteriormente. También nace su primer y único hijo, fruto de su relación con el actor Norman Reedus.
Coincidiendo con el nacimiento de su hijo, Helena decide retirarse del mundo de las pasarelas. Pero no sería una retirada definitiva, ya que podríamos verla desfilar en alguna que otra aparición estelar como veremos a continuación.
A partir del año 2000 se dedica más a campañas publicitarias, la podemos ver por ejemplo en la campaña de Alessandro Dell'Acqua fotografiada por Steven Klein. Tal fue el éxito de esa campaña que posteriormente protagonizaría la campaña de la fragancia fotografiada por Helmut Newton y después firmaría un contrato para volver a las pasarelas en exclusiva con la casa italiana.
También en el 2003 desfilaría, en esta ocasión para Ungaro, siendo la encargada de abrir el desfile en París. Incluso se atrevería a dar el paso como diseñadora, creando en el 2005 su propia línea de ropa llamada Christensen & Sigersen, junto con su amigo, el diseñador Leif Sigersen, llegando a abrir una tienda propia en Nueva York.
Posteriormente en el 2007 la hemos podido ver desfilando para el 60 aniversario de Christian Dior, junto a Kate Moss, o Naomi Campbell entre otras. Ese mismo año Helena seguiría acaparando portadas, pero esta vez no sería la protagonista principal, sino que sería la fotógrafa, y como muestra, esta portada del Vogue España a Valentina Zelyaeva, realizada por la mismísima Helena.
Pero a pesar de realizar portadas como fotógrafa, en este 2009 aún podemos verla en infinidad de editos como la de Harper's Bazaar, portadas como las de GQ y Elle, y en diversas campañas publicitarias como las de Agent Provocateur o la casa de joyas Pilgrim.
Una top model con mayúsculas, perteneciente a una generación inolvidable donde muchas modelos de hoy en día deben mirarse si quieren ser algo en el mundo de la moda. Por cierto, nuestra protagonista en la actualidad parece mantener un romance con el cantante del grupo Interpol, Paul Banks.
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