La familia y la esencia de una marca. Dolce&Gabbana convierte su desfile en una oda a la madre de la casa bajo el título: "Viva la Mama". Es "la persona que siempre está ahí y a la que siempre puedes acudir", según el propio Stefano Gabbana. Este homenaje no es solo figurado sino también en el casting de las modelos, con 11 madres con sus hijos sobre la pasarela y una Bianca Balti desfilando embarazada.
La dedicatoria a las madres giró en torno al concepto de la familia italiana, tan habitual de las campañas de Dolce&Gabbana. Mientras que unas firmas apuestan por un concepto de imagen moderna, rompedor o minimalista, según cada caso, la pareja de diseñadores italianos prefiere la tradición y los lazos entre los allegados. Se trata de distinguirse del resto, al igual que otras marcas buscan en el oportunismo su diferenciación.
Ashleigh Good y Olga Serova fueron dos de las tops que durante el desfile llevaron a su hijo en brazos, antes del carrusel final. De esta manera, los bebés pasan de estar en el front row a ser el centro de todas las miradas.
Dolce&Gabbana transmitió esta oda también en las prendas, donde sus vírgenes de temporadas pasadas compartían sitio con su hijo en los estampados más barrocos. Los niños cambiaban los folios y las paredes de la casa por los vestidos de la colección, decorándolos con diseños infantiles con dibujos y textos que recreaban los mensajes más amorosos.
La mamma de Dolce&Gabbana mantiene su gusto por el encaje, por las flores (en especial por las rosas rojas), por las pieles y por el cuero, pero sobre todo, mantiene el cariño por su hijo en una colección cuyo mensaje va más allá de cualquier tendencia fugaz.
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