Desde hace meses, las políticas implementadas durante la administración de Donald Trump han tenido un impacto significativo en la dinámica económica y gubernamental de las ciudades fronterizas entre México y Estados Unidos, sin embargo, los efectos de las redadas han marcado al turismo económico de ciudades de aquel lado del muro, especialmente en el estado de Texas.
Las estrictas medidas de control migratorio y las redadas intensificadas han generado un ambiente de temor e incertidumbre entre los ciudadanos mexicanos, lo que ha resultado en una disminución notable de visitantes que cruzan la frontera para realizar compras en la ciudad de Houston.
Tradicionalmente, las ciudades texanas han dependido en gran medida del flujo constante de compradores mexicanos, sobre todo por las populares tiendas outlet de grandes marcas, donde los visitantes adquieren artículos a bajo costo y contribuyen significativamente a la economía local, representando un gasto de casi 178 millones de dólares por trimestre en las tiendas de El Paso.
Sin embargo, la retórica antiinmigrante y las políticas restrictivas han disuadido a muchos de cruzar la frontera. La incertidumbre sobre posibles redadas y deportaciones ha llevado a que algunos mexicanos opten por evitar viajes no esenciales a Estados Unidos, afectando directamente a los comercios locales que dependen de su clientela mexicana.
Un temor infundido antes de la llegada de Trump
En 2011, durante la administración de Rick Perry, se intentó aprobar una ley para prohibir las "ciudades santuario" en Texas, permitiendo a la policía local cuestionar el estatus migratorio de cualquier persona detenida. Esta propuesta generó preocupaciones sobre posibles perfiles raciales y la disminución de la confianza en las fuerzas del orden. Finalmente, la iniciativa no prosperó en la legislatura estatal.
Con la llegada de Greg Abbott a la gobernación en 2015, Texas adoptó una postura más estricta en materia migratoria. Ese mismo año, Abbott firmó la Ley HB 11, destinando $310 millones para aumentar la presencia de agentes del Departamento de Seguridad Pública en la frontera y establecer operaciones de inteligencia.
Además, en 2017, Abbott promulgó la Ley SB 4, que prohibía las "ciudades santuario" y obligaba a las autoridades locales a colaborar con las federales en la aplicación de leyes migratorias. Esta ley también permitía a los agentes del orden preguntar sobre el estatus migratorio de las personas detenidas y establecía sanciones para los funcionarios que no cumplieran con la normativa.
Calles vacías, negocios cerrados
Las políticas migratorias implementadas en Texas han generado un clima de temor entre la comunidad inmigrante, lo que ha resultado en una disminución significativa del consumo por parte de mexicanos en ciudades texanas. Este fenómeno ha tenido repercusiones notables en la economía local, especialmente en negocios que dependen de clientes inmigrantes.
En Houston, por ejemplo, el mercado de agricultores ha experimentado una notable disminución en la asistencia debido al miedo a las redadas de inmigración. Vendedores informan que muchos clientes evitan salir de sus hogares por temor a ser detenidos, lo que ha afectado directamente sus ventas. Un vendedor comentó: "La gente tiene mucho miedo. No hay nadie alrededor", comenta un productor local a un diario de la región.
Además, el cierre de negocios debido a la falta de clientes inmigrantes se ha convertido en una preocupación creciente. Empresarios han expresado que la disminución en la clientela, motivada por el temor a las redadas y deportaciones, pone en riesgo la viabilidad de sus negocios.
El impulso de México: consumir local
En respuesta a las políticas migratorias restrictivas y al temor a las deportaciones que han disuadido a muchos mexicanos de cruzar la frontera hacia Estados Unidos para realizar compras, el gobierno de México ha anunciado diversas estrategias para fomentar el consumo local en las ciudades fronterizas del norte. Estas iniciativas buscan fortalecer la economía regional y ofrecer alternativas atractivas a los consumidores que anteriormente dependían del comercio transfronterizo.
El gobierno mexicano ha implementado el "Plan México", una estrategia económica diseñada para fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones, especialmente de Asia. Este plan busca aumentar la producción local y regional en sectores clave como el automotriz, textil, calzado, mobiliario y juguetes, con el objetivo de generar empleos y ofrecer productos competitivos en el mercado interno.
Al promover la producción y el consumo de bienes nacionales, se espera que los consumidores encuentren en el mercado local opciones atractivas que disminuyan la necesidad de cruzar la frontera para adquirir productos, sin embargo, ya sea por miedo a pisar suelo estadounidense o por la iniciativa de comprar productos en México, el tráfico de ingreso hacia Estados Unidos ha disminuido considerablemente, tal como lo informa el medio Circuito Frontera, lo que antes representaba una fila de más de dos horas, ahora se traduce a un trayecto de máximo 40 minutos.
Foto de Nick Dunlap en Unsplash | Randy Laybourne en Unsplash
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