El martes 19 comenzó una nueva etapa en el imperio Inditex. Amancio Ortega dejó el puesto de máxima responsabilidad a Pablo Isla que fue nombrado presidente ejecutivo por parte de la junta de accionistas. 48 años después el empresario gallego descansa y nosotros aprovechamos para hacer de abuelos cebolletas y recordar nuestra primera vez en Zara.
Cuando una empresa está tan presente en la geografía española y en nuestro hábito de consumo surgen anécdotas muy curiosas; aún más si vemos la diferencia generacional de cada persona al aportar su experiencia única con Zara. Nosotros las compartimos aquí y nos gustaría conocer las vuestras.
Os esperamos en la pregunta de la semana, recordad que los comentarios irán ahí y no en este post:
¿Recuerdas tu primera compra en Zara?
Colino: Zara, una marca desde niños.
Yo la primera vez no me acuerdo pero una de las veces que más me acuerdo fue cuando me iba de vacaciones y me compré un total look azul cielo: americana y shorts de cuadros azul cielo y blanco, y camiseta lisa en el mismo color. Fue en Madrid. ¡¡Me encantaba ir a Zara siempre!! Digamos que desde los 6 ó 7 años compro allí y no estaba taaan masificado.
Chloe: Zara, Mc Hammer y los 90.
Me acuerdo de una de mis primeras veces de compras en Zara con mi madre. Yo quería ir a la moda de la época, pero ella pagaba, así que discusión asegurada. Fue en el Zara del Casco Viejo de Bilbao. Yo quería una cazadora bomber dos tallas más grande para ir a la disco. Me salí con la mía y me la llevé a casa, pero mi madre tenía toda la razón del mundo, me quedaba horriblemente mal y demasiado grande. En mi defensa alegaré que era una adolescente en plena edad del pavo, que corrían los primeros 90 y que Mc Hammer y Snap eran lo más.
Natxo Sobrado: las tiendas de Zara, ese recuerdo infantil.
Mis primeros recuerdos de Zara son desde pequeño, bien sea adquiridos porque me lo han contado y no los tengo claros por ser demasiado enano, o propios, con la posibilidad de recrear las tiendas y la ropa que por entonces veía (además de no percibir tanta gente como ahora). Recuerdo dos tiendas a las que solía ir: la de la calle Orense de Madrid, bien grande y hermosa, y la del centro comercial La Vaguada, también en la capital. Al parecer también solía frecuentar la de Velázquez pero yo aquí debía estar pensando en el chupete porque no tengo nada claro. Como curiosidad: aún conservo dos camisetas de por aquel entonces del Kiddy’s Class, la marca para niños de Inditex. Me siguen valiendo igual de bien y las tengo mucho cariño.
Audrey: Zara, el cambio de consumo.
La primera vez que estuve en Zara fue durante las vacaciones en la primera tienda que hubo en A Coruña hace más de 20 años, cuando era apenas una niña. Recuerdo oír hablar de la tienda a mi madre y a mi prima como algo que estaba fenomenal, ropa barata y muy a la moda. De aquella nos gastábamos verdaderos dinerales en ropa “de marca” porque realmente tampoco había otra cosa. Recuerdo ir por primera vez a Zara y salir con unas cuantas bolsas de puro capricho de una tienda impresionante. No recuerdo todo lo que mi madre compró, pero sí me acuerdo de unas bermudas verdes y un jersey blanco que me duraron varios años. Una gran compra y un gran descubrimiento, el preludio de una relación de lo más duradera y consolidada.
Sergio González: mamá, eres muy pesada en Zara.
No recuerdo mi primera vez en Zara, sólo recuerdo que cuando era pequeño (5 ó 6 años) me ponía de mal humor cuando tenía que entrar con mi madre a Zara; estar media hora en una tienda entre perchas y ropa era para mí y para cualquier niño de esa edad un suplicio, así que acabe cogiendo una manía a la tienda que con el paso de los años se ha convertido en devoción. Una pequeña historia de amor/odio que casi todos los hombres habremos pasado por ella.
Andrea: los clones y Zara, la eterna historia.
Tengo un vago recuerdo de mis primeras “experiencias” en Zara, con unos inicios como tienda de ropa sport y escasa calidad que no me llamaba la atención. Desde entonces mi relación con el “imperio” ha sido siempre de amor-odio. Contrariamente a mi profesión de estilista siempre de shopping y rodeada de ropa, en mi vida personal no soy muy aficionada a las compras y menos en lugares con percheros inacabables, ropa por doquier y mucho clon. Mi más grato recuerdo se remonta a un vestido muy Calvin Klein en lana gris y muy monjil... ¡era la eclosión del minimalismo y yo me moría por un “Calvin”!
Paloma Cárdenas: ¡un sombrero para llevar, por favor!
Mis primeras impresiones sobre el universo Inditex se sitúan en la planta de niños del primer Zara que abrieron en Granada. Recuerdo ir allí con mis padres y alucinar con la cantidad de ropa bonita que había, quería comprármelo todo. Con sólo diez años me enamoré de un sombrero marrón de ala ancha que estaba en el escaparate sobre un maniquí de mujer. Me fui a casa imaginando cómo sería la vida con ese bonito accesorio, tan de mayor, tan sofisticado, siendo la envidia de todas mis amigas del cole. Y tras insistir mucho a mis padres, movimos cielo y tierra para conseguir el desaparecido sombrero que ya no lucía en el maniquí. Finalmente, el trabajo tuvo su recompensa y cuando lo tenía entre manos y ya estaba con mi madre en la caja para pagar, me lo probé y me quedaba enorme. ¡Claro! ¡Yo era una niña y no una mujer!
No pude llevármelo a casa pero aún así, guardo un bonito recuerdo de esa historia. Me encantaría encontrarlo ahora que ya puedo ponérmelo.
Charlie: ¡no sin mis zapatos de tacón de Zara!
Dicen que las primeras veces son dolorosas, pero la primera vez que entré en Zara fue de lo más placentero. Al tener hermana mayor siempre me he adelantado a mis amigas y cuando tenía unos 14 años (hace más de una década) la acompañe de compras. Y entonces los vi: unos fabulosos zapatos de tacón que debían ser míos. Recuerdo perfectamente cómo eran: punta infinita, beige con detalles en marrón chocolate y tacón mid heels. Ahora mismo horribles, ¡pero en aquel entonces eran toda una sensación! Eso sí, incomodos a más no poder… Desde entonces mi historia de amor con Zara sigue y seguirá.
MeriRocket: Zara, el paraíso de las compras a finales de los 80
Mi primera vez en Zara fue en Madrid a finales de los 80. Tendría unos 14 años. Los adolescentes-jóvenes entonces apenas teníamos sitios dónde comprar (Benetton y Don Algodón creo recordar) y unas amigas de mi madre que tenían hijas mayores que yo, le hablaron de Zara. Fuimos a Cuatro Caminos (creo que allí abrió el primer Zara de Madrid). Recuerdo cuándo entré por la puerta… Me quedé impactada porque todo me gustaba. Me comprénunca lo olvidaréuna falda negra larga de algodón, con un jersey negro de cuello cisne con grecas en marrón, tostados… Lo llevaba con hombreras. También me compré un cinturón elástico negro y ancho… con corchetes. Me lo puse muchísimo. Todo.
Laura Martín: el mito de la chica Zara.
No recuerdo cuándo fue mi primera vez, sólo sé que quería ser una chica Zara. Debía estar en la adolescencia, y ellas eran altas, guapísimas, súper ordenadas, con esos uniformes de vendedora, ¡¡¡con pantalones!!! No paraban de doblar y doblar y doblar… corriendo casi por la tienda, ayudándote en todo. Una época que echo de menos.
Mi primera compra en Zara fue un bolso, uno de mis complementos favoritos de ayer, hoy y siempre. Y un abrigo, era como especial pero no tenía nada ello, simplemente era de Zara. Pero lo que más me gustaba entonces eran sus zapatos, siempre de business woman, tan altos, tan imposibles para una adolescente…
Di Por Dior: Zara no tenía ‘glamour’ para los niños pijos.
Yo tampoco recuerdo la primera vez que fui a Zara. Desde que tengo uso de razón he tenido ropa de allí, e incluso recuerdo que en mi colegio pijo casi ninguna niña llevaba ropa de Zara porque no era los suficientemente buena o cara para ellas.
Las primeras tiendas se abrieron en Galicia y era bastante habitual conocer a señoras que “cosían para Zara” para sacar un sobresueldo con el que ayudar a la economía familiar y quizás eso para alguna gente representaba menos “glamour”.
Gratis Total: Zara fuera mola más.
Yo empecé a comprar en Zara en mi adolescencia, pero sin tener ni idea de qué era, ni de dónde venía la marca. Zara empezó sin grandes inauguraciones, la típica tienda que está ahí y entras. Sin embargo, ya en la universidad, cuando me fui de Erasmus, descubrí en la ciudad de Gante una boutique muy luminosa, con ropa de moda y buenos precios. A la vuelta de mi stage se lo comenté a mi madre, la cual, muerta de risa, me contesto: “¡esa tienda la tienes en la calle Gondomar (soy de Córdoba) , y hemos comprado millones de veces!“. Amancio, profeta en su tierra.
Sue Miss Indie: Zara, el paraíso prohibido.
Tampoco recuerdo mi primera vez en Zara… Para mí Zara era el paraíso prohibido. En mi pueblo no teníamos Zara así que cada vez que íbamos de “excursión” a ciudades más grandes ir al Zara era cita obligada. Pero a mí sólo me dejaban mirar, mi madre tiene una tienda de moda infantil y claro toda mi ropa era de allí, a mí me repateaba no poder comprarme ropa del Zara como todas mis amigas. Mi madre me decía que tenía suerte de “ir diferente” pero a mí no me convencían sus argumentos. A partir de los 15 ya fui un poco más “libre” y en alguna escapada iba al Zara, mi paraíso prohibido… Después con 18 años me marché a Barcelona a estudiar y allí, con la abundancia de tiendas, ya no fueron tan especiales mis visitas al Zara.
Ahora es tu turno:
¿Recuerdas tu primera compra en Zara?
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