Hace tan sólo unos días, Kate Middleton demostraba al mundo entero su depurado estilo al lucir durante la première de la película "Mandela" un precioso collar de lo más trendy de Zara, probando así que se puede ir a la moda, y ser estilosa, a precios mini.
Por este motivo, nos ha sorprendido leer en el diario Express que sus vecinos la acusan de una imperdonable falta de gusto. Por lo visto, la pareja ha comenzado las obras de renovación de la casa de campo que les regaló la reina cuando Guillermo cumplió treinta años, y se supo que estaban esperando su primer hijo.
En su residencia Anmer Hall, en Sandringham, Kate y William han decidido arreglar el tejado que estaba en muy mal estado, eligiendo tejas de un color caldero muy vivo. Un color absolutamente vulgar en opinión de sus rancios vecinos.
Cuesta creer que el arreglo de un tejado haga correr ríos de tinta, pero ya sabemos cómo son de tradicionales los ingleses. En el artículo que os mencionaba al principio, un vecino de Sandrigham comenta que la casa data de principios del siglo XIX, pero que ahora parece una Barratt's House (lo que, mal comparado, podría venir a decir algo parecido a una casa Porcelanosa).
Lo curioso es que los vecinos se empecinen en sus críticas basándose en este detalle, y obvien comentar el resto de mejoras que el tercero en la línea succesoria a la corona de Inglaterra está haciendo por adecentar esta propiedad, como un nuevo camino para llegar hasta la casa, y la construcción de un garaje con mayor capacidad. Además de haber plantado enormes árboles para evitar la mirada de los curiosos.
Desconozco el material del que están hechos los tejados de las casas de campo de la zona. Las tejas no son un material lujoso, pero seguro que con lo que llueve en Inglaterra no tardarán en adquirir una pátina que las convierta en más aceptables para sus quisquillosos vecinos.
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