Creadores de moda, documental en 'La noche temática': Chanel con Karl Lagerfeld

La segunda parte del documental Creadores de moda de 'La noche temática' estaba dedicada a Chanel. Todas las costureras del taller de Chanel, cuando pensaban que no había cámaras, se mostraban tensas ante las idas de Karl Lagerfeld. Cómo no, la verdad.

Antes de un desfile, 30 días, llegan los patrones a talleres. Y ahí comienza un documental frenético. Nada que ver con el pausado de Balenciaga.

Karl Lagerfeld es algo más que el diseñador de Chanel. Su imagen desprenda algo más, desde miedo en talleres, respeto, pánico en época de desfiles hasta veneración absoluta en las modelos. Es capaz de diseccionar una prenda y cambiarla entera por centímetros.

Madame Jacqueline, jefa de talleres, lee los bocetos de Lagerfeld para ponerse a coser. Casi parecen los volantes de un médico.

"Si una prenda se cae de la percha, gustará", es una de las leyendas de los talleres. O como el hecho de que las costureras solteras pongan uno de sus cabellos en los vestidos de novia, y todas acaben casándose antes de un año.

25 días para el desfile, y llega el diseñador para la primera prueba. Caos total, múltiples llamadas para avisar de su presencia, y muuuucho tiempo para elegir el tejido con el que se trabajarán los patrones: terciopelo planchado.

El documental deja ver la casa de Lagerfeld. Y su manía, beber y beber coca-cola. Libros por todas partes, tres almohadas en su cama. Los bocetos los hace con ceras y una pluma, curioso. Sin ruido, con varias mesas alrededor llenas de cuadernos, libros, dibujos...

Madame Pouziux, de 75 años, conoció a una joven Chanel. Es la proveedora de la firma desde 1947 en el tema de la pasamanería. Una mujer que vive a 130 km de Paris, en una granja, donde trabaja en su campo de manera natural. El resto de proveedores de plumas, detalles, están situados por toda la ciudad de Paris.

Me sorprende escuchar que esta mujer apenas duerme dos horas. Trabaja de día en el campo y de noche en la pasamanería de la firma Chanel. Alucinante. Eso sí, el resultado es espectacular.

Un milímetro puede ser suficiente para que un vestido tenga el escote no perfecto. Se precisa la perfección milimétrica.

A 15 días del desfile, se han enviado los primeros diseños. El terciopelo planchado no gusta. Los 12 días de la costurera quedan en nada. Toca rehacer un vestido. Ahora, con partes de satén blanco.

Diseñando un vestido de novia

El vestido de novia que Karl diseñaba en casa, como si tal cosa, está ahora siendo creado directamente, eligiendo el brocado, viendo la tela para bordar... Una tela con cuatro bordadoras y una mesa muy muy larga con las telas expuestas.

Nervios, nervios, apneas sin tiempo para comer... pero con un resultado que levanta aplausos entre todos. Cuatro días para el desfile final y cada pieza del vestido de novia, cada detalle, cada cristal, cada puntada, se hace milimétricamente, despacio, con la mirada fija en apenas 20 centímetros.

Momento crítico, el vestido de novia se manchó de sangre, una mala puntada. Conozco ese momento, el mío también se manchó con un alfiler mientra mi padre intentaba colocarme la cola. No se vio. Será un gran recuerdo.

A un día del desfile parece que las costureras van a llorar, en serio.

Pero no. La novia está espectacular. Los vestidos se filman para el archivo de la casa. Momento emotivo, la verdad. En el momento en que se hace público está presente con Karl la directora de Vogue USA, Anna Wintour.

Llegó el desfile. Las costureras han dormido dos horas, por fin. Y mientras el público está serio, muy atento, sin perder la compostura, las verdaderas artistas de estas obras de coleccionista ríen felices, gritan, se felicitan, y charlan tranquilamente de tú a tú casi con Lagerfeld. Incluso la vetarana Madame Pouziux charla al término del desfile con Karl sobre sus caballos.

Sí, me he quedado con ganas de más. Y con la sensación de que el documental sobre Balenciaga era casi un homenaje, y el reportaje sobre Chanel - Lagerfeld era casi un autobombo del excéntrico diseñador de la firma francesa y el cómo se prepara un desfile. Dejando ver, sinceramente, que el trabajo más duro, más complejo, más perfeccionista, está muy lejos de los dibujos de Lagerfeld.