El imperio de Chiara Ferragni lleva unas semanas tambaleándose después de que a finales de diciembre la Fiscalía de Milán la empezara a investigar por delito grave de estafa. Con un torrencial de críticas hacia su persona y varios contratos rotos con sus empresas, la influencer más famosa del mundo despareció de las redes tras su cancelación. Sin embargo, no ha sido la primera -ni será la última- que ha visto como su carrera profesional se ha detenido por completo.
Todo se remonta a una campaña navideña de 2022 cuando la rubia más famosa de Instagram publicitaba el "Pandoro Pink Christmas". En sus vídeos daba a entender que este dulce típico italiano (se vendía mucho más caro que el del resto de la competencia ya que costaba más de 9 euros, en lugar de 3,70 euros) tenía fines benéficos destinados al Hospital Regina Margherita de Turín, de ahí a que sus fans decidieran gastarse más dinero de la cuenta en apoyar la causa. Desde hace unos meses, la Fiscalía de Milán impuso una multa para la italiana de un millón de euros y de 420.000 euros para Alessandra Balocco -directora general y presidenta de la empresa productora del Pandoro- ya que de los beneficios recaudados tan solo se donaron 50.000 euros (este hecho tuvo lugar meses antes de que empezara la campaña).
Tal y como lo publicitó hizo creer a los consumidores que estaban contribuyendo a la donación en favor del Hospital Regina Margherita de Turín para la adquisición de un nuevo aparato para el tratamiento terapéutico de niños afectados de osteosarcoma y Sarcoma de Ewing, algo totalmente falso. Con esa campaña Chiara Ferragni se embolsó la friolera de un millón de euros, aunque al parecer no fue la única acción supuestamente fraudulenta que cometió. Ante el aluvión de críticas pidió perdón públicamente y anunció que además de la multa donaría otro millón de euros, pero muchos de sus fans no aceptaron las disculpas.
Desde entonces la asociación de consumidores Codacons ha denunciado algo parecido con la campaña benéfica junto a las galletas 'Oreo' y la Fiscalía ahora la investiga por sus campañas benéfica con un huevo de Pascua y una muñeca bajo la marca Chiara Ferragni. La influencer ha perdido cientos de miles de seguidores, el grupo Safilo ha roto su colaboración con ella, su tienda de Roma amaneció con pinturas de ladrona e incluso Coca Cola ha suspendido una campaña publicitaria que tenían para las próximas semanas.
Después de un parón en RRSS que duró varias semanas, Chiara ha vuelto, con una imagen mucho más familiar, sin publicitar ningún producto y deshabilitando los comentarios para evitar el hate en algunas imágenes y en otras borrando los mensajes negativos (de recibir miles de comentarios, ahora solo tiene unos 50 comentarios positivos).
Sin embargo, antes de este escándalo, las RRSS han visto la cancelación de varias influencers.
Miroslava Duma. Fecha de cancelación: 2018
Miroslava Duma fue una de las primeras influencers en vivir el poder de la cancelación. Era durante la Semana de la Moda de la Alta Costura de Paris de 2018 cuando la rusa vio como su fama (y su carrera en RRSS) se desmoronaba por culpa de una foto que intentaba ser más postureo que otra cosa. La que fuera fundadora de Buro 24/7 colgó una fotografía de la invitación de su amiga y diseñadora Ulyana Sergeenko donde en el texto rezaba 'To my Niggas in Paris' junto a un smiley. Lejos de darle buena publicidad, las redes sociales ardieron a las pocas horas, tras acusarla de ser racista (niggas en inglés es un insulto racial). Con más de 1,6 millones de seguidores en su cuenta, la indignación aumentó cuando la propia influencer decidió eliminar la imagen.
Ante todas las críticas recibidas, Miroslava se vio obligada a pedir perdón públicamente con una imagen al que se le bloqueó todo tipo de comentarios. Por su parte, Ulyana Sergeenko tuvo que pedir perdón por la invitación enviada a su amiga, avivando más las llamas al "culpar" a Miroslava de haber publicado ese mensaje tan personal. Desde entonces Miroslava se ha retirado de las RRSS, no ha aparecido en ninguna otra Semana de la Moda, fundó la marca Pangaia y desde el 20 de marzo de 2022 no ha vuelto a colgar ninguna imagen en Instagram.
Arielle Charnas. Fecha de cancelación: 2020
Arielle Charnas, más conocida por su blog de moda Something Navy, estaba en la cresta de la ola. Con una carrera prometedora y una marca de ropa que arrasaba en Estados Unidos, el principio de la pandemia hizo tambalear su imperio. Todo se remonta a mediados de marzo de 2020, cuando la primera ola de Covid-19 azotó el planeta y se impuso un confinamiento total para todo el mundo.
En esa época muchas influencias aprovecharon su canal para concienciar del peligro que suponía saltarse las medidas que los gobiernos habían impuesto y concienciaban a sus seguidores. Sin embargo, Arielle Charnas demostró su peor lado. La influencer no dudó en mudarse con toda la familia (y su nanny) a la casa de los Hamptons después de que diera positivo en COVID-19. El revuelo fue tal que la influencia apareció llorando asegurando que “mi familia y yo lamentamos mucho a aquellos a quienes hemos ofendido por no parecer que estamos tomando esta crisis con seriedad, y estamos comprometidos a tomar decisiones informadas y responsables en el futuro”. Ese acto le hizo perder contratos con marcas, la distribución de su propia firma de ropa con Nordstrom y cientos de miles de seguidores.
Con una desaparición que duró varias semanas, su presencia en RRSS ya no ha sido la misma.
Jessica Stein. Fecha de cancelación: 2023
He aquí uno de los últimos casos de cancelación. La australiana Jessica Stein fue una de las bloggers favoritas en la década de 2010. Bajo su página personal Tuula Vintage, sus estilismos inspiraban a cientos de miles de personas de todo el mundo. A mediados de febrero de 2017 anunció que estaba embarazada, pero que estaba en riesgo de perder al bebé por complicaciones. Cuando su hija nació, explicó que tenia una rara condición genética con una esperanza de vida muy corta. A medida que avanzaban las semanas, las fotografías fueron escaseando, hasta que en octubre de 2017 creó el primer Go Fund me, asegurando que ella y su pareja se habían quedado sin dinero para hacer frente a los gastos hospitalarios.
La comunidad se volcó de tal manera que en pocos días ya había recaudado cientos de miles de dólares. Desde entonces sus fotos fueron escasearon hasta desaparecer en 2019 sin ningún tipo de explicación. Durante todos estos años sus fans chequeaban su perfil semanalmente para saber cómo estaban ella y su hija, y las especulaciones iban de una dirección a otra.
En junio de 2023, su cuenta de Instagram mostró el lado más desconocido de la influencer al asegurar que ella y su hija estaban muy mal de salud asegurando que
Jess y Rumi necesitan ayuda. Jess y Rumi sufren múltiples complicaciones de un trastorno del tejido conectivo que ambas comparten. Su familia comparte características del síndrome de Ehlers Danlos, el síndrome de Marfan y los huesos frágiles. Después de años de intentar sin éxito navegar por el rígido sistema de atención médica, tienen que recurrir a la comunidad para que les ayude a encontrar la atención médica adecuada. Jess también ha sufrido una enorme manipulación por parte del sistema de salud durante muchos años mientras intentaba defender a Rumi y a ella misma. Le dijeron repetidamente que los síntomas que ella explicaba eran 'fisiológicamente imposibles de sobrevivir' y que 'quería tener un niño enfermo en el hospital. Jess sufrió una lesión traumática mientras estaba en el hospital hace unos años y fue etiquetada como histérica. En lugar de pedir una tomografía computarizada para aclarar una disección aórtica, su neurólogo le diagnosticó erróneamente un trastorno de conversión y dijo que no podía afrontar el hecho de tener un hijo enfermo. Jess se quedó sola y en agonía tratando de conseguir ayuda en un sistema construido en su contra. Ahora tiene síntomas importantes de congestión vascular que la impiden acostarse, con dolor desgarrador en el pecho y escupiendo sangre. Está demasiado cansada para seguir peleando. Si alguien puede ayudar, comuníquese con el correo electrónico de Jess , o vaya al enlace en su biografía para obtener más información.
Como era de esperar, Instagram hizo su magia y, de nuevo, logró recaudar más de 62.424 dólares en menos de 24h. Sin embargo, la prensa australiana colgó unas fotos de la influencer donde se la veía jugar con un perro y sostener a su hija en brazos, por los que sus seguidores pidieron "explicaciones". Tras mandar algunos comentarios que se contradecían, sus seguidores la tacharon de mentirosa y fraudulenta, a lo que Jessica Stein volvió de nuevo a desaparecer. No sabemos qué pasó, lo que sí sabemos es que deseamos que ella y su hija estén bien.
La lista podría continuar: en España el caso más conocido fue el de Sergi Pedrero quien tras ser el manager de Dulceida, crear el grupo The Tripletz, sacar varios libros y ser youtuber, en 2018 fue acusado por distintos jóvenes menores de edad de haber utilizado su posición de influencer para ligárselos. Desde entonces eliminó su cuenta de Instagram y desapareció de la vida pública.
Fotos | Instagram @chiaraferragni
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