El exceso de grasa en el organismo siempre es considerado un problema de salud y además, de estética, pero si hablamos específicamente de la grasa abdominal podemos nombrar algunas particularidades como los datos a tener en cuenta que mostramos a continuación.
Aumenta con la edad
Se ha probado que la grasa abdominal se eleva a medida que ganamos años de vida, tanto en hombres como en mujeres, por lo que, más que nunca con el paso de los años debemos prevenir y/o controlar su desarrollo.
Los cambios hormonales que sufre nuestro cuerpo y su impacto en el metabolismo que suele reducirse a medida que ganamos años de vida son las principales razones por las cuales, solemos ganar más grasa abdominal y sobre todo, grasa visceral o profunda y no subcutánea.
Es más peligrosa, sobre todo, si es visceral
Hay básicamente dos tipos de grasas, subcutáneo y visceral, la primera se encuentra más cerca de la piel mientras que la segunda rodea a nuestros órganos.
Y la grasa abdominal es ante todo visceral y resulta ser la más peligrosa para la salud del organismo porque cerca de ella se encuentran receptores que fácilmente la movilizan pudiendo perjudicar los órganos cercanos e incrementar el riesgo de sufrir enfermedades metabólicas, tal como ha sido estudiado.
Es más frecuente en los hombres
Lamentablemente para el sexo masculino, debemos decir que el cuerpo de manzana que caracteriza a quienes acumulan grasa en el abdomen es más frecuente en los hombres.
El tipo de hormonas que circula en el organismo masculino en comparación con el femenino, incrementa las posibilidades de que la grasa en exceso se acumule en la región central del cuerpo y no en caderas y glúteos como sucede en las mujeres.
Los genes pueden influir pero los hábitos son más importantes
Se ha demostrado que hay un leve componente hereditario en la cantidad de grasa y su distribución en el organismo, sin embargo, los factores no genéticos pueden tener más influencia.
Es decir, que más allá de si nuestros padres o familiares poseen exceso de grasa abdominal o no, está en nosotros su prevención y/o control que podemos lograr con buenos hábitos de vida.
Si quieres reducir o evitar la barriga, ya te hemos contado qué ayuda y qué no para lograrlo.
Es la más fácil de perder
Así como la grasa abdominal es la más peligrosa porque se moviliza fácilmente y puede alcanzar órganos cercanos afectando su función, también debemos saber que ésta característica la vuelve más fácil de perder.
Es decir que si entrenamos adecuadamente, nos alimentamos bien y ponemos en marcha diferentes conductas para quemar grasas, lo primero que perderemos será aquello acumulado en la zona central del cuerpo, mientras que será mucho más difícil quemar la grasa subcutánea y/o la almacenada en caderas y glúteos.
Puede afectar la función sexual
El exceso de grasa abdominal puede ocasionar alteraciones en hormonas sexuales y por lo tanto, afectar la función sexual tanto en hombres como en mujeres.
Sin embargo, en hombres obesos con gran cantidad de lípidos en la zona central del cuerpo, la disfunción eréctil y la infertilidad es más frecuente según se ha demostrado.
Por ello, si queremos lucir bien, estar sanos y sexualmente en forma, nada mejor que prevenir y/o controlar el desarrollo de barriga, pues la grasa abdominal estará siempre presente pero en exceso, puede perjudicarnos considerablemente.
Bibliografía | International Journal of Obesity and Related Metabolic Disorders : Journal of the International Association for the Study of Obesity [1994, 18(4):207-202]; International Journal of Obesity [1988, 12(3):205-215]; y Maturitas, Volume 54, Issue 4, 20 July 2006, Pages 363–371.
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