Mientras España invierte para subtitular en catalán, gallego y vasco, en Estados Unidos también aumenta el uso de subtítulos, pero para entender su propio idioma

La Generación Z es pionera en esta práctica, donde ahora los diálogos se 'leen'

España invierte para subtitular en catalán, gallego y vasco
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Joel Calata

Editor

Quizás no te lo esperabas, pero recientemente el gobierno ha anunciado que hará una inversión de dos millones de euros en un sistema audiovisual que subtitulará automáticamente en catalán, gallego y vasco, lo que no es una mala idea teniendo en cuenta las diferencias de dialectos, sin embargo, al otro lado del Atlántico cada vez más gente activa los subtítulos incluso cuando el contenido está en su propio idioma: un fenómeno que refleja los cambios en cómo se consume la tele y el cine.

En Estados Unidos, un reciente sondeo revela que cerca de 4 de cada 10 adultos menores de 45 años utilizan subtítulos "a menudo" al ver películas o series, aunque dominen el idioma. Muchos los activan no por discapacidad auditiva, sino por razones más mundanas: ruido ambiental, multitarea o sonido poco claro.

El auge de los subtítulos tiene varios motivos que van más allá de "entender mejor los acentos difíciles". Con el auge del streaming, la mezcla sonora de películas y series se ha vuelto más compleja: efectos, música, ambientación, diálogos suaves… todo compite en la pista de audio. Eso hace que a veces sea más fácil leer lo que se dice que intentar escucharlo entre mil ruidos.

Para generaciones jóvenes como la Generation Z o los millennials, los subtítulos funcionan también como salvavidas de concentración: les permite estar atentos sin subir el volumen, jugar en otra pestaña, moverse por la casa o leer algo mientras "escuchas" la serie, todo al mismo tiempo, como parte del juego moderno.

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Aunque la tendencia tiene sus detractores, lo cierto es que cada vez son más quienes los usan por puro pragmatismo. Plataformas como Netflix se han dado cuenta de ello y han lanzado subtítulos dialogados (solo lo que dicen los personajes), sin descripciones de sonidos ambientales, para facilitar la experiencia a quienes los usan con frecuencia.

En cambio, en España el Estado pone el foco en el subtitulado en su modalidad monolingüe y multilingüe. Esta última permitirá mostrar varios idiomas a la vez y personalizar elementos como el color para diferenciar cada lengua, como parte de una iniciativa que llega tras la reforma del Reglamento aprobada en septiembre de 2023 en la Cámara Baja para permitir el uso de lenguas cooficiales.

Así, mientras en España la conversación suele centrarse en proteger lenguas cooficiales mediante subtítulos localizados, en Estados Unidos la moda va por otro camino: usar subtítulos para entender el propio idioma, en un contexto de ruido, multitarea y consumo audiovisual acelerado. Es la nueva normalidad: cine, series y pantallas adaptándose a cómo vivimos hoy.

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