Eva Gil, arquitecta: “Lo bonito es que no hay referentes femeninos en Arquitectura, pero nosotras podemos construirlos”

Eva Gil, arquitecta: “Lo bonito es que no hay referentes femeninos en Arquitectura, pero nosotras podemos construirlos”
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Con 37 años, Eva Gil es una de las mujeres más destacadas en el mundo de la arquitectura española, ha ganado infinidad de premios, participado en la XV Bienal de Arquitectura de Venecia y se ha llevado un León de Oro y encuentra tiempo para diversificar su actividad participando en proyectos como el diseño de un festival de artes escénicas. Todo un reto.

Eva forma parte de la campaña #somossmartgirls de Samsung, una iniciativa que, además de contar con famosas como Paula Echevarría o Blanca Suarez, tiene como objetivo dar visibilidad a mujeres como ella: mujeres reales que están teniendo un gran papel como motor del progreso en sus áreas. Mujeres que son fuente de inspiración para la sociedad y especialmente para las nuevas generaciones. Un claro ejemplo de que las mujeres pueden llegar tan lejos como se propongan. Y así nos lo ha contado en esta entrevista.

¿Cómo se llega tan lejos siendo tan joven?

Con mucho trabajo, pero también es una cuestión de suerte. De estar en el momento adecuado en el sitio adecuado. Conozco a muchas personas brillantes que no tienen la suerte que he tenido yo. Muchos amigos se han tenido que ir fuera a estudiar o trabajar… Esto es una carrera de fondo: tienes que ser muy constante, muy cabezona. Y seguir, seguir. Sobre todo, cuando se trata de una profesión vocacional. Tienes que ser consciente de que los días malos tienes que levantarte y seguir adelante y agradecer lo que tienes en los días buenos.

¿Has renunciado a muchas cosas por tu carrera? ¿Ves que tus compañeros estén en misma situación?

No tengo un sentimiento de renuncia, sino de elección. Mi carrera me ha dado la oportunidad de conocer a gente muy interesante, de viajar mucho, de combinar una cuestión más técnica con una más creativa y, sobre todo, nunca me imaginaba que por haber estudiado arquitectura terminaría participando en proyectos como participar en un equipo de diseño de un festival de artes escénicas.

Para llegar a todo esto tienes que invertir mucho tiempo de tu vida, pasar noches sin dormir, no salir todo lo que querrías… pero yo no tengo un sentimiento de renuncia, sino de agradecimiento.

No tengo un sentimiento de renuncia, sino de elección y agradecimiento. Eva Gil, arquitecta.

Eres arquitecta y empresaria. ¿Qué sientes más tuyo? ¿El arte o el emprendimiento?

Creo que no hay una cultura de un emprendimiento socialmente responsable en España y creo que tenemos que estar ahí. Es una parte muy costosa, tienes que dedicar parte del día a escribir y responder correos, hacer gestiones, llamadas, etc. Algo que no tiene que ver tanto con el diseño, pero que es fundamental para que la pata de la creatividad se mantenga. Y se trata de una parte del trabajo más ingrata. Pero para mí las dos facetas son súper importantes en mi vida.

A veces echo de menos estar sentada dibujando, creando, dialogando con mis compañeros o con la gente que trabaja con nosotros. Y hay otras veces que me tengo que dedicar a la gestión pura y dura, a la administración de una pequeña empresa. Me gustan las dos áreas, a pesar de que una le lleva la contraria a la otra. Pero el conflicto me parece necesario. Los disensos son oportunidades para repensar nuestra forma de hacer las cosas. Hay que equilibrar los tiempos dedicados a las cuentas, a lo puramente económico, y a la parte creativa.

¿Has sentido alguna vez que ser mujer en tu mundo era una desventaja?

Nunca he sido consciente de mi género, ni para lo bueno ni para lo malo. Hasta que terminé la carrera y me enfrenté al mundo laboral. Tuve un jefe que me dijo que, en igualdad de condiciones siempre elegiría antes a un hombre que a una mujer. Esto me lo dijo después de haberme elegido a mí, cosa que le agradezco. Él pensaba que en la Historia los genios siempre han sido hombres y yo le contesté, muy educada, que no estaba nada de acuerdo y no compartía su opinión pero que aún así le agradecía que, ante igualdad de curriculums, me hubiese elegido a mí.

En determinados momentos concretos sí que lo noto, pero en el día a día no. Yo tengo la suerte de trabajar en el estudio con otros dos compañeros y ante todo somos personas, los tres, y el género no importa.

Hace unas semanas hubo una exposición en la Escuela de Arquitectura sobre mujeres arquitectas y hubo un coloquio. Allí, una grandísima arquitecta y amiga mía, Victoria Acebo, dijo que nosotras hemos crecido y estudiado casi sin referentes femeninos. Yo recuerdo que en primero de Arquitectura, había una asignatura llamada Introducción a la arquitectura y en cuatro meses super intensos de horas de estudio nunca salió la figura de una mujer. Nunca se habló de ninguna arquitecta, cuando las había, las sigue habiendo y son muy importantes. Pero, claro, la historia al final la escriben hombres, la reescriben hombres y parece que nos van relegando a un segundo plano. De repente, desapareces. Y lo más bonito que hablábamos en aquel coloquio era eso: que nos habíamos criado sin referentes femeninos, pero lo bueno que tenía eso era que nos podíamos inventar casi como de la nada. Podíamos decidir cómo queríamos ser y construir nuestros referentes.

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¿Hay que ser un poco heroína para ser empresaria en España?

Hay que ser heroína para ser mujer. Yo hace poco he sido madre y nunca lo había pensado así. Hasta ahora. Cuando di a luz el primer sentimiento que me inundó fue el de una tremenda admiración de todas las mujeres que estaban en mi vida y por cualquiera con la que me encuentro por la calle, por las malabares que son capaces de hacer. Y es que el trabajo de los cuidados es un trabajo que está muy invisibilizado y es tan importante como ser empresaria. Sin los cuidados el mundo se pararía. Es igual de difícil ser ama de casa que ser empresaria. Me he dado cuenta de que ser mujer es una carrera titánica.

Hay que ser heroína para ser mujer. Tengo una tremenda admiración por todas las mujeres. Eva Gil, arquitecta.

¿Cómo ves la crisis de la construcción hoy?

Cuando empezamos el estudio ya había crisis, así que nuestra vida profesional se ha desarrollado en este contexto. No ha sido traumático como para otras empresas o arquitectos que de repente han notado como el volumen de trabajo ha bajado drásticamente y han tenido que reinventarse o desaparecer. Yo tengo amigos en todas partes del mundo.

¿Y la burbuja inmobiliaria? Ves que vuelve?

A mí me da miedo tropezar en la misma piedra. Ahora tengo a muchos amigos buscando piso y me comentan que el mercado inmobiliario es una locura. No se me ocurre cómo regularlo y es una cosa preocupante. Casos como Barcelona o Venecia son un problema. Creo que, como todo, puede ser una oportunidad pero tenemos que encontrarla. Si de repente convertimos los centros de las ciudades en parques temáticos, nadie querrá venir a los centros porque todos serán iguales. Seguro que hay alguna forma de darle la vuelta y crear riqueza, pero no solo monetaria sino social.

¿Cuál es la figura femenina que más te ha inspirado en tu vida y carrera ?

Mi madre, pero no querría hacer una distinción entre ella y mi padre. Porque eran un equipo, se repartían los roles y nos han brindado la oportunidad de ser lo quisiéramos a mí y a mi hermana. Sin ponernos ninguna traba.

Como he comentado antes, en arquitectura al principio no encontré ningún referente femenino, te crees que es solo cosa de hombres. Cuando tienes edad y experiencia ya empiezas a darte cuenta de que hay mujeres arquitectas que han tenido un papel de gran envergadura. A mí me gusta muchísimo Lina Bo Bardi, una arquitecta italiana. En la escuela de Arquitectura con la primera mujer con la que me topé que realmente me inspiró fue con Cristina Díaz Moreno, del estudio amid.cero9, que me animó muchísimo y sin ella ser consciente de eso me abrió los ojos a que una mujer puede ser tan capaz como un hombre.

¿Qué han significado en tu carrera profesional distinciones como la del Colegio de Arquitectos de Madrid o el premio JustMAD a la Creatividad Emergente?

Los premios me hacen muchísima ilusión, pero especialmente por mi familia. Para ellos mi carrera ha sido un esfuerzo, invertir muchos recursos económicos, tiempo, llevarte a una entrega en el coche con la maqueta, sin dormir… y es genial que vean estos resultados. Que todo ha merecido la pena.

Es muy gratificante porque los compañeros te están diciendo que tu trabajo merece la pena y vas por buen camino. Pero me hace mucha ilusión cuando mi familia lo ve y me encantaría darles un pedacito de cada premio a nuestras familias. Y a los clientes. Nosotros trabajamos mucho con clientes privados y que alguien deposite su confianza en ti para hacerse un casa, un proyecto muy personal, es importantísimo.

Somossmartgirl

Con tu estudio, Elii, participaste en la XV Bienal de Arquitectura de Venecia en el Pabellón de España: ¿qué ha significado para tu proyección internacional?

Fue increíble. Nosotros nos enteramos de que ganó el pabellón español el León de Oro cuando estábamos de camino a España. En el colegio de Arquitectos hubo una recepción con la ministra, una fiesta. Fue una sorpresa y un gusto poder compartirlo con gente a la que admiramos. El pabellón estaba repleto de trabajos de estudios españoles, de amigos, de gente que admiramos… y compartirlo fue lo mejor.

¿Qué otras disciplinas artísticas te inspiran en tu día a día para seguir creando?

Soy muy curiosa. Me inspira todo. Soy muy preguntona y me encanta conocer a gente de otras disciplinas y saber lo que hacen. Ahora estoy con la tesis y todo lo que leo está relacionado sobre ella. Me estoy leyendo La historia de la computación. Y tengo algún libro de Foster Wallace en la estantería, pero ahora todo gira en torno a la tesis.

El 8 de marzo participé activamente: ese día hice huelga y luego quedé con mis amigas para manifestarme. Fue muy emocionante. Eva Gil, arquitecta.

¿Participaste en las manifestaciones del 8 de marzo? ¿Qué piensas de que haya la gente diga que es una moda?

Sí participé y lo hice activamente, ese día hice huelga y más tarde quedé con unas amigas y fue muy emocionante. Las movilizaciones de la semana pasada me pillaron en Milán y me molestó no estar aquí para unirme. Creo que esto no es una moda, la sociedad en su conjunto debería demandarlo porque ante todo, somos todos personas. Para mí es muy emocionante que hubiera muchos hombres en la manifestación.

Fotos| Juan David Cortés. Samsung

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