Cuando anunciaron los nominados de los Oscar, el mundo celebró el éxito de Karla Sofía Gascón. Era la gran favorita del año por su papel en 'Emilia Pérez' y por ser, además, la primera nominada trans a Mejor Actriz. Karla venía a hacer historia, pero le pincharon las ruedas. En seguida alguien encontró unos tuits viejos suyos bastante racistas y ofensivos y pasó de reina del baile a apestada social.
La promoción antes del escándalo, con la actriz siempre presente
La gran cancelación
Hollywood hizo lo que mejor sabe hacer (y no son películas). La cancelaron, la vetaron de todas las promociones, la criticaron, anularon su autobiografía y dejaron bien claro que su candidatura a los Oscar se mantiene por política interna y porque ella no ha renunciado al premio, pero que estaba muy fuera. El propio Netflix que la encumbró, procedió a dejarla de lado para tratar de salvar el resto de estatuillas y alejar la polémica de su obra maestra.
El perfil de Instagram promocional de 'Emilia Pérez' poniendo casi todo el peso de la película en Zoe Saldaña y Selena Gomez después de la polémica.
Las verdaderas intenciones de Netflix
Pero algo ha cambiado y, de la noche a la mañana, ese vacío se ha rellenado de nuevo. Parece que ahora las aguas están más calmadas y Netflix ha vuelto a apostar por apoyarla, a golpe de financiación propia y de garantizar su asistencia a la gala de los Oscar 2025. ¿Es esto confianza en su trabajo? No, amigas, lo tengo clarísimo. Esto es, simplemente, que a Netflix le sabe más un Oscar que a un tonto un lápiz.
La doble vara de medir de Hollywood que no sorprende a nadie
En Hollywood no hay redención para las mujeres que meten la pata. Que se lo digan a Megan Fox cuando criticó al director de 'Transformers' y vio cómo la sacaban de la franquicia sin medias tintas. O a Katherine Heigl, cuando rechazó el Emmy porque consideraba que el guion de 'Anatomía de Grey' era malo y se la etiquetó de ser difícil de trabajar.
Curioso, teniendo en cuenta que a los hombres se les perdona todo. Never forget el caso de Dave Chappelle y sus comentarios transfóbicos en el show de Netflix, que no impidieron que la plataforma lo apoyara hasta el final. O, y este es uno de los big ones, el día que Casey Affleck se llevó un Oscar en medio de un escándalo de acoso sexual y toda la Academia aplaudió su trabajo. Qué olor a machismo en los Oscar, así de repente.
Podríamos decir que esas cosas ocurrieron en el pasado y que ahora el mundo ha cambiado y hay que ser más conscientes con los referentes famosos a los que premiamos. Podríamos y ojalá fuera así, pero la Academia no es tan woke y yo me huelo que, a riesgo de que Manolo me llame paranoica feminazi, la diferencia aquí es que Karla Sofía Gascón es mujer. La prueba está en que el director de 'Emilia Pérez' Jacques Audiard dijo que "el español es un lenguaje de países modestos, en desarrollo, de pobres e inmigrantes" y ahí sigue, en lo más alto.
No digo nada nuevo si hablo de que las mujeres, en cualquier industria, enfrentan un mayor nivel de escrutinio y exigencia que los hombres. Por supuesto, en Hollywood dicha exigencia se eleva al cuadrado. Siempre jóvenes, siempre guapas, siempre perfectas, siempre bien vestidas, siempre moderadas y, por supuesto, con un historial impoluto en redes sociales.
Por supuesto, esos tuits de la famosa son una cagada en mayúsculas. Aquí no hay discusión alguna. Pero ya aclaró que estaban fuera de contexto y aun así sufrió terribles consecuencias. ¿Habría pasado lo mismo si el que firmara esta cuenta de X fuera un hombre? No queremos que se ignoren sus errores, pero sí que la vara de medir a unos y otros sea un poco más justa. Y, a ser posible, que no vistamos los prejuicios de progresismo.
Fotos | @karsiagascon, 'Emilia Pérez', @netflix.
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