Si te gustó 'Barbie' y, en su época dorada, fuiste fan de Tim Burton, hazte un favor y saca una entrada para 'Pobres criaturas'. Incluso si no te apela eso de que la película de Yorgos Lanthimos pueda describirse como una fábula feminista para góticos y gente con gusto por lo "darks", no deberías perderte la experiencia de ver en el cine la mejor película de 2024. Sí, lo digo, aunque solo sea febrero y te voy a decir por qué.
Te cambia la vida
Empiezo fuerte, lo sé. No obstante, puedo afirmarlo porque a mí me ha pasado y, por lo tanto, sé de primera mano que puede suceder. Soy la prueba fehaciente. Cuando uno abre un libro o paga una entrada de cine, lo mínimo que pide es que le entretengan un rato. Sin embargo, si hacemos un ejercicio de introspección y honestidad, lo que idealmente nos gustaría es encontrar respuestas.
Que lo que estamos a punto de consumir pudiera marcar un antes y un después en nuestra manera de ver el mundo y de entender nuestra propia vida. Porque, aunque no siempre se cumpla, las ideas y la cultura tienen ese poder. Y, en mi caso, la película me ha inspirado a salir de mi caparazón tras un tiempo aislada como protección tras algunas malas experiencias. Quiero redescubrir lo que el mundo tiene que ofrecer, pero desde una perspectiva más madura y consciente, en busca de lo bueno y bello. Y desde una posición de poder sobre mí misma.
El patriarcado explicado para todos
No es fácil contar cómo la sociedad ha reprimido históricamente a las mujeres desde que son solo unos bebes con vulva. Así que, más difícil es aún, hacerlo de forma tan simple y sencilla como lo consigue la historia de Bella Baxter. Son los beneficios de ayudarse de una fábula en la que el marco de la ficción está tan bien delimitado que las ideas y los conceptos pueden explorarse de forma más libre y desnuda de lo que nunca podría hacerse teniendo un contrato con las leyes del mundo real.
Esto es lo que sucede con 'Pobres criaturas' en su formato de película de ciencia ficción, pero con unos mensajes tan claros y contundente como son que la sociedad no es más que aquello que nosotros queramos hacer de ella, que los hombres han construido históricamente su identidad en base a su capacidad para dominar a las mujeres o que nuestro concepto de lo que es una mujer es la construcción que el patriarcado ha moldeado durante siglos de no permitirnos ser nuestra propias dueñas. Ahí es nada.
Sin victimismos ni castigos
Algo que me ha gustado especialmente de 'Pobres criaturas', y que no sabía que necesitaba tanto, es que habla de todo lo dicho en el punto anterior sin victimizar a su protagonista ni castigarla por aspectos como tener una vida promiscua o buscar el placer, algo que no es común en el cine y las series (ni la vida real, por qué no decirlo). Pero se agradece poder experimentar cómo podría ser haber descubierto el mundo sin prejuicios ni culpas impuestas incluso desde antes de tener conciencia.
Otro mundo es posible
Porque, a pesar de tratar temas tan serios, la película protagonizada por Emma Stone no es un drama. Es un llamamiento al disfrute del tiempo que tengamos gracias a que a su personaje no le han lavado el cerebro con religiones, historias románticas de príncipes azules ni miedos mal gestionados al mundo exterior e irracionales hacia su cuerpo y sexualidad...
A través de sus ojos, podemos experimentar algo que a tantísimas espectadoras se nos ha negado y eso es lo bello de conocer el mundo en el proceso de saber quién eres tú pero con total libertad y sin limitaciones. Las palabras se me quedan cortas para explicar los liberador y bello que es poder experimentarlo aunque sea en el marco de una ficción de dos horas a través de Bella. Y, a lo mejor, si ella puede, nosotras también.
Fotos | 'Pobres criaturas'
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