Era el gran día de Leonor. Sin la compañía de sus padres, la heredera al trono se enfrentaba a la presión de mantener las formas ante cientos de cámaras. Todas las miradas apuntaban hacia ella. Doña Letizia estuvo al tanto de cada movimiento desde palacio, pero la joven estaba sola ante el peligro, o así nos lo vendieron.
Es cierto que Leonor se enfrentó a su primer acto oficial en solitario, pero estuvo arropada por personal de confianza. Desde el primer minuto, la hija de Felipe VI sintió el apoyo de tres personas a las que conoce a la perfección. No aparecieron en cámara, pero sabemos que estuvieron junto a ella.
Así lo reflejan desde Monarquía Confidencial. El propio Felipe, preocupado por las dudas que pudieran surgirle a su hija, envió a tres hombres de confianza hasta Zaragoza. "A su lado estuvieron el recién nombrado jefe de la Casa del Rey, Camilo Villarino, junto con el director de Comunicación, Jordi Gutiérrez, y el jefe de Protocolo, Bernardo Francisco de Lizaur Cuesta", cuentan desde el citado medio.
Leonor en Zaragoza
De este modo, no había lugar a errores. Leonor pudo consultar a su equipo cualquier cuestión. Todo estaba medido al milímetro para que nada saliera mal, y así sucedió. La futura reina saludó al pueblo aragonés con elegancia y pronuncio después un discurso impoluto. Tuvo el detalle, incluso, de bajar la ventanilla del coche en el que viajaba para despedir a los cientos de personas que acudieron hasta la Catedral de Zaragoza para verla.
Fotos | Casa Real de España
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