Parece que fue ayer cuando Felipe correteaba por los jardines de Zarzuela. Aquel principito al que vimos jugar, crecer y formarse en la Academia Militar donde ahora reside Leonor, cumple hoy 56 años. Desde hace diez, sobre su cabeza reposa una corona algo pesada. En ocasiones, incluso, espinosa. Fue la herencia que le dejó Juan Carlos, aquel rey campechano al que todos adoraban que terminó en territorio emiratí por sus problemas con el fisco.
Aunque regularizó su situación con Hacienda, el emérito se mantiene en Abu Dabi por el bien de la Corona. Le gustaría regresar a su España querida, pero los últimos años han sido combulsos en sede real: escándalos matrimoniales, extramatrimoniales y también económicos. Todos ellos, inevitablemente, han salpicado a Felipe de un modo u otro.
Por ese motivo, se ha dicho en muchas ocasiones que la relación entre padre e hijo no es buena. Y pudo no serlo durante una época, pero las aguas parecen haberse calmado. Tal y como refleja Alejandro Entrambasaguas en su libro, la relación es "rica, llena de cariño e inquebrantable". Hay llamadas telefónicas entre ambos y, al menos en dos ocasiones, el actual monarca ha visitado a Juan Carlos.
Según el mencionado periodista, la distancia ha marcado un punto de inflexión entre ambos: "Ha abierto un espacio para la introspección y la revalorización de los lazos familiares. Para Felipe, el papel de Rey no es solo una responsabilidad hacia su nación, sino también un legado heredado de su padre", escribe en su obra Juan Carlos I, el Rey en el desierto.
Juan Carlos I y Felipe VI
El primer encuentro secreto entre Felipe y el hombre que le dio la vida se produjo tras el fallecimiento de Jalifa bin Zayed al Nahyan. El marido de doña Letizia se trasladó hasta Abu Dabi para despedir al jeque y aprovechó para visitar a su padre, tal y como relata El Español. Fue entonces cuando charlaron sobre la visita que, meses después, Juan Carlos haría a España.
"Aunque no pueden suplir la calidez de un abrazo o la familiaridad de una conversación cara a cara, ofrecen un puente temporal que conecta a padre e hijo. Juan Carlos comparte anécdotas de su vida en el emirato y Felipe actualiza a su padre la situación en España y las novedades familiares. Ambos se esfuerzan por mantener un tono ligero y optimista, pero es innegable que una tristeza de fondo se cuela entre las palabras", escribe Entrambasaguas.
Fotos | Gtres
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