Más que conocidos son los desplantes que a lo largo de la historia Juan Carlos le ha hecho a doña Sofía. Unos en público, otros en privado. Hasta día de hoy, la emérita vive ajena a los movimientos de su marido. Se preocupa en la distancia por sus achaques pero el contacto es nulo. Ella en Zarzuela y él en Abu Dabi.
No encuentran mayor problema en su distanciamiento. En el pasado, en cambio, si lo fue. Sofía lloró a mares la primera vez que pilló a su marido con otra mujer e incluso llegó a pedir el divorcio a gritos. Tras charlar con su madre, doña Federica, llegó a la conclusión de que lo más inteligente era callar para siempre. Soportó el dolor y encontró un apoyo en la mujer que ahora vive a su lado, su hermana Irene.
En infinitas ocasiones, Sofía buscó el consejo de su hermana. Según Pilar Eyre, la reina nunca tuvo un círculo de amigas y era Irene su único amparo. La escritora, en su última crónica para YouTube, recuerda uno de los episodios más duros para la emérita. Ocurrió tras la abdicación de Juan Carlos, hace ahora diez años.
Durante el saludo de los reyes desde el balcón del palacio real, "Sofía le cogió la cara a Juan Carlos, se la torció para intentar darle un beso y él se resistía", explica. Al parecer, el emérito "no le hizo ninguna gracia" que su esposa intentase besarlo y llegó a preguntarle: "¿A qué viene este besuqueo?". Lo que respondió ella, solo ambos lo saben.
Fotos | Casa Real
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