Parece que nos movemos de un extremo a otro de esa delgada línea roja que separa el hecho de sentirnos bien con nosotras mismas del de querer ser alguien que no somos. Si hace algunos años el ideal de belleza era el de las modelos de pasarela extremadamente delgadas, ahora nos encontramos en otro punto en el que estar tonificada y marcar six-pack es el nuevo must. A primera vista, hacer deporte y llevar una vida saludable puede ser un estímulo sano... hasta que se nos va de las manos.
Años atrás veíamos con horror la proliferación de fotos de modelos con bajo peso bajo el título de thinspiration: fotos con chicas jóvenes que marcaban los huesos de las caderas, de la clavícula o que presumían de su thigh gap y que servían de nefasta inspiración para adolescentes (y no tan adolescentes) de todo el mundo. Ahora ha aparecido la fitspiration: imágenes de chicas muy en forma que buscan motivarnos para hacer ejercicio, pero ¿hasta qué punto esto es sano?.
El negocio de la fitspiration
Músculos marcados, abdominales perfectamente definidos, glúteos redondos y firmes... Todo esto acompañado por fotos de modelos perfectamente maquilladas y peinadas que entrenan con lo último en ropa deportiva. Este es el negocio de la fitspiration. La sociedad cambia, y cambia también los valores a los que aspira: si antes se llevaban los cuerpos delgados y andróginos, ahora se llevan los cuerpos fitness, y tanto hombre como mujeres nos vemos sometidos a la misma presión de siempre para conseguirlos.
El problema comienza cuando algo que nos venden como "sano" llega a convertirse en una obsesión para muchos. Volvemos a lo mismo de siempre: al igual que es posible que una persona en concreto use de forma natural una talla 34 sin tener por ello que tener un desorden alimenticio, también hay personas que marcan musculatura casi sin proponérselo. Otros nos lo tenemos que trabajar algo más, pero siempre sin caer en obsesiones.
Otro de los peligros de esta fitspiration es la frustración a la que nos podemos ver sometidos. Vivimos en una sociedad en la que queremos todo y lo queremos ahora, pero el fitness es una carrera de fondo en busca de la salud, no un sprint en busca del six-pack. Buenos hábitos mantenidos en el tiempo, paciencia y constancia son las claves para estar sano y que esto se refleje en tu aspecto exterior, y esto no se consigue de un día para otro.
Mensajes contradictorios (y peligrosos)
Las imágenes de fitspiration van siempre acompañadas de algún tipo de mensaje positivo tipo "no te rindas", "tú puedes hacerlo" y un largo etcétera siempre con la misma idea: el objetivo es ser como esas chicas que aparecen en las fotografías. Esos mensajes son sin duda inspiradores, pero la cosa cambia cuando los mensajes pasan a ser encubiertamente ofensivos o están asociados a imágenes de cuerpos que no están al alcance de todos. Si la thinspiration nos decía que si no teníamos esos cuerpos delgados era culpa nuestra por comer de más, muchas de las imágenes de fitspiration nos dicen que no tenemos esos cuerpos porque somos unos vagos. Y esto no es así.
En ocasiones el mensaje no es el más adecuado: ¿recordáis el caso de María Kang, la madre de tres niños que marcaba abdominales? En la "foto de la polémica" la frase que María había elegido era la de "¿cuál es tu excusa?". Estoy segura de que si el mensaje hubiese sido positivo ("tú también puedes hacerlo", "busca tiempo para cuidarte") las reacciones hubieran sido muy distintas. No se trata de acomplejar o avergonzar a aquellos que no han llegado donde tú estás: se trata de motivarlos para que ellos también lo consigan, si ese es su deseo.
Otros mensajes en estas imágenes como el archiconocido no pain, no gain ("sin dolor no hay gloria") nos llevan a pensar que es necesario sufrir para conseguir lo que queremos. Con matices: una cosa es salir de nuestra zona de confort para alcanzar nuestras metas, y otra muy distinta es pensar que tienes que terminar vomitando después de un entrenamiento para que sea efectivo.
El quid de la cuestión: ¿por qué hacemos ejercicio?
Como siempre, el meollo de todo se encuentra en descifrar el por qué hacemos algo. ¿Por qué hacemos ejercicio? ¿Para parecernos a la chica de la portada de la revista? ¿Para poder lucir el six-pack en la playa? Todo esto es muy válido: la estética es una de las razones más poderosas que nos pueden llevar a ejercitarnos, pero siempre con control y no cruzando esa delgada línea que separa la dedicación de la obsesión.
Ocurre lo mismo con el tema de la alimentación: ¿te pones a dieta por salud o por estética? En mi opinión, verte mejor frente al espejo debería ser una consecuencia de comer bien y de hacer ejercicio, pero no debería ser la razón última de todo ello. La salud siempre está por encima de la estética.
No me malinterpretéis: yo soy la primera persona feliz por ver que la gente entrena y se cuida, pero no entrenéis para pareceros a nadie más. Entrenad para ser la mejor versión de vosotros mismos: con o sin six-pack, con más trasero, con menos trasero, corriendo más rápido o siendo más lentos que un tortuga... Entrenad para cuidaros, para disfrutar y para ser felices durante ese rato dedicado a vosotros.
Imágenes | YouthVoices.net, StopFitspiration.com, Etsy, lambeauleap22 en Instagram
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