Llega el verano y toda Europa coge vuelos al Mediterráneo, cuyas costas viven su boom de turismo. Las playas europeas más instagrammeables se llenan de gente, los precios de los vuelos se disparan y los hoteles vienen con el booking a tope. Pero hay un destino que nadie contempla nunca, por lo que es súper barato y bonito.
El destino es Montenegro, un país que queda secundario frente a sus vecinos, con Croacia y su arquitectura medieval o las playas de ensueño de Albania. Pero lo cierto es que en este enclave diminuto esconde muchísima belleza esperando a ser descubierta, por mucho menos dinero porque aún no está explotado turísticamente.
Dentro de Montenegro, Kotor es nuestra opción favorita. Un pueblo marinero precioso y muy económico que está empezando a ubicarse en el radar turístico, por sus preciosas playas, sus vistas a la montaña, su gastronomía y su bonus track: los gatos.
Sí, has oído bien. Kotor es una colonia felina repleta de gatitos que buscan cariño y son tratados como auténticas celebridades. Al fin y al cabo, son los encargados de evitar plagas de ratas en el pueblo. Hay tantos que son el símbolo de Kotor y poder darles mimos y alimentarles es, para nosotras, lo mejor que ver en el pueblo de Montenegro.
Fotos | Max Böhme y fernandesvikttoria vía Unsplash, @kotor.travel, @volim_kotor.
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