Ámsterdam low cost en otoño: dónde comer barato y qué ver en la Venecia del norte de Europa

Habrá mucha gente a la que hacer una escapada de otoño-invierno a Amsterdam le parecerá poco original pero, para otros, será nuestra primera vez en la capital de los Países Bajos. En mi caso particular, por un interés genuino en esta ciudad después de haber estudiado neerlandés en la escuela de idiomas y de haberme inmiscuido en su cultura con el músico Joost Klein como puerta de entrada. De hecho, para ir a un concierto de este último me he organizado un viaje low cost. Estos son mis tips, lugares indispensables y todo para presupuestos ajustados.

Qué ver y hacer en Ámsterdam 

Cualquier guia de viajes (o incluso el sentido común) te dirá que no puedes irte de la ciudad sin haber dado antes un paseo por el barrio rojo (en realidad son tres distritos pero De Wallen es el más famoso) y la Plaza Dam. Tampoco sin haber visitado el Rijksmuseum (el Museo Nacional de arte), el Museo Van Gogh, el de Rembrandt y la Casa de Ana Frank. No obstante, yo te animo a que si realmente no te interesa el arte o nunca te ha despertado interés la historia de la familia Frank, te ahorres el dinero y aproveches tu tiempo en hacer otras actividades que te apetezcan más. Aunque Ámsterdam tiene una merecida fama de cara, te sorprenderá la de cosas que se pueden hacer por poco dinero e incluso sin gastar.

Puente Pitón

Zairon

Un simple paseo por el centro histórico de Ámsterdam basta para encontrarte con los famosos puentes viejos que cruzan los canales y que aparecen en todas las fotos de viajeros en Instagram. Sin embargo, menos conocido entre los turistas es este tant moderno que conecta el barrio de Sporenburg con la isla de Borneo. Su estructura sube y baja de manera ondulante y sinuosa, recordando el movimiento de una serpiente. Como se compone de escalones, solo se puede cruzar a pie y con cuidado porque están inclinados.

Mirador de la bilbioteca pública más grande de Europa

OBA

Decirte que visites la neorenacentista Estación Central no es muy original. Es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad y, además, probablemente sea un lugar por el que en algún momento del viaje tengas que pasar de forma orgánica. Eso sí, lo que los turistas no suelen saber es que a menos de diez minutos caminando en línea recta se encuentra la biblioteca pública más grande de Europa. No obstante, no te estoy sugeriendo que aproveches para ir leer sino a contemplar las vistas privilegiadas que hay del canal y el centro desde la terraza de la séptima planta. La entrada es completamente gratuita. Aunque también puedes sentarte a comer y beber en el restaurante Babel de la misma planta.

Ferry a Amsterdam-Noord

A. Bakker

Hablando de la Estación Central, una forma de viajar gratis por los canales es coger el ferry que sale, cada 15 minutos, desde dicho lugar para cruzar el río hasta el distrito de Noord, donde se encuentran los barrios más alternativos de Ámsterdam. Aunque lo cierto es que en este barrio contrastan dos realidades: una parte moderna y experimental con arte urbano, mercadillos de segunda mano, encanto industrial y restaurantes sobre el agua. Mientras que la otra es más tranquila y rural, con arquitectura holandesa tradicional y mucho verde.

Una recomendación que no sale en las guias tradicionales, ubicada en la parte moderna, es el Museo STRAAT, el primer museo de arte callejero y graffitis del mundo y uno de los más interesantes que visitar en Ámsterdam. La entrada es gratuita y se ubica en un antiguo almacén de astilleros. Su fachada es inconfundible por su mural de 240 metros cuadrados de Ana Frank.

Las 9 calles

Kirk K

Otro paseito con encanto y en pleno centro histórico son las nueve calles entre el canal Singel y el Prinsengracht. No es que haya grandes monumentos ni nada qué ver especialmente relevante pero sin calles estrechas y empedradas, llenas de tiendas vintage con artículos de segunda, boutiques en las que se venden todo tipo de artículos artesanos, galerías de arte moderno y cafeterías cuquis.

Free tours a tutti pleni

Un viaje low cost es intrínsicamente un viaje corto así que no te cortes en reservar free tours que te permitan tener un contacto directo y sin rodeos de la ciudad y poder conocer del tirón los lugares más típicos. De este modo, ganas tiempo para para recorrer y descubrir por tu cuenta todo lo que se salga del recorrido de parque de atracciones de una ciudad tan turísticas. Algunos que yo me he guardado porque me parecen planazos son: paseo en barco por los canales, tour de los misterios y leyendas y de Ámsterdam, tour de Ana Frank por el barrio judío y tour en bicileta por Ámsterdam.

Dónde comer barato en Ámsterdam

Picnic en Vondelpark

Djof

Puesto que ni el otoño ni el invierno son las mejores épocas del año para las flores, he pasado de incluir la visita de rigor al famoso mercado de las flores de Ámsterdam. No obstante, pasarse por Vondelpark es una excusa perfecta para llevarse comida preparada de Albert Heijn y comer al aire libre en el parque más grande de de la ciudad. Además de ser el lugar preferido para caminar, pasear en bicicleta, practicar deportes, hacer un picnic o relajarse de los locales. Otros parques impresionantes para hacer lo mismo son el Flevopark o el el Oosterpark.

De Hapjeshoek
En Amsterdam hay tres pequeños restaurantes De Hapjeshoek . Sirven comida típica de Surinam y la India para llevar. Es conocido por ofrecer raciones contundentes a precios económicos. Una de las comandas más populares es el "Kipfillet Kerrie Broodjes": un sándwich de pollo al curry que ronda los 3 euros.

FEBO

La cadena de restaurantes de comida rápida Febo no solo se caracteriza por sus bajos precios, también por vender sus productos en máquinas expendedoras. Las hay en diferentes localizaciones y la comida sale al instante y calentita.

Benny's Chicken

Para comer rico, rápido y sin dejarte medio presupuesto, Benny’s Chicken es parada obligatoria en Ámsterdam. Es un puesto callejero de productos cocinados principalmente con pollos de granja que crece en un gallinero con calefacción y se alimenta 100 % de vegetales. Por unos pocos euros quedas saciado y con la sensación de haber descubierto un secreto local que nada tiene que envidiar a los menús más caros de la ciudad.

Foto de portada | _ Harvey

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