Hay algo romántico en la idea de subirse a un tren, quedarse dormido en una ciudad y despertarse en otra. Aunque solo sea por pura idealización del traqueteo suave del tren, la luz del amanecer entrando por la ventana y la sensación de haber ganado tiempo mientras descansas. Durante años, los trenes nocturnos fueron un icono de de los viajes internacionales por Europa, pero después quedaron casi extintos por los billetes de avión low cost. Ahora, en plena búsqueda de alternativas más sostenibles parecen resurgir con fuerza. Entre estas nuevas propuestas destaca la de Nox, una startup con sede en Berlín que se ha propuesto que viajar de noche vuelva a ser "cool".
El proyecto de Nox es tan joven como que se lanzó en junio de 2025 pero es prometedor porque soluciona una de las mayores trabas de los trenes nocturnos: la falta de intimidad. Compartir camarote con desconocidos, en un momento tan vulnerable como el de dormir, no resulta atractivo para todo el mundo... Por eso Nox centra su modelo de negocio en ofrecer compartimentos privados. Estos pueden ser de tres tipos:
Nox
- Individual Loft: pensado para un solo viajero, con cama espaciosa y sitio para dejar el equipaje.
- Doble Loft: ideal para parejas que buscan compartir un camarote con cama grande.
- Doble Vista: dos camas que se transforman en asientos con mesa y opción de ventana panorámica.
La idea es que todas las habitaciones tengan dos metros de longitud, camas que se pliegan y despliegan fácilmente y espacio suficiente para trabajar o pasar el rato. El diseño modular de las cabinas es lo que permite optimizar el espacio y acomodar a más pasajeros que los ferrocarriles tradicionales. Esto no solo mejora la rentabilidad, sino que reduce costes y huella ecológica. Por lo tanto, la premisa es privacidad y comodidad, pero sin que ello sea sinónimo de pagar una fortuna.
Precios que rivalicen con el avión low cost
El gran desafío de cualquier tren nocturno actualmente es el precio. Viajar en avión sigue siendo barato en trayectos que conectan capitales europeas y para competir, Nox propone tarifas a partir de 79 euros para un camarote individual y 149 euros para los dobles. Precios competentes, al estilo de las aerolíneas low cost, pero con la diferencia de que aquí el billete incluye cama y la posibilidad de ahorrarse una noche de hotel.
Nox
El plan de Nox es empezar a circular en 2027 con rutas de entre 9 y 12 horas de duración, el tiempo perfecto para dormir y aprovechar el viaje. Entre las primeras conexiones se proponen trayectos como Barcelona–París (en 12 horas y 15minutos), Múnich–Ámsterdam (11 horas y 12 minutos) o Estocolmo–Oslo (9 horas y 50 minutos).
Aunque la visión a largo plazo es aún más ambiciosa y quieren conectar 35 rutas en una década y llegar a enlazar hasta 100 ciudades. Grandes capitales como Viena, Hamburgo, Varsovia, Oslo o Roma figuran ya en el mapa de la compañía, que pretende convertir Europa en una red de viajes nocturnos cómoda y asequible.
Además de lo ya dicho, en los trenes habrá servicio de comida y bebida, espacio para bicicletas y vagones adaptados para personas con movilidad reducida. La idea es atraer tanto a turistas que desean aprovechar la noche para avanzar kilómetros como a profesionales que busquen trabajar a bordo y llegar descansados a una reunión.
Nox
La parte mala
Nox todavía necesita la aprobación de sus diseños, superar la compleja burocracia ferroviaria de cada país y, por supuesto, conseguir la financiación necesaria para hacer realidad el proyecto. Los cálculos muestran que los precios de entrada (79–149 euros) probablemente tendrán que subir para cubrir costes, aunque la startup confía en que su modelo sin “florituras” y con ahorro en personal de servicio pueda equilibrar las cuentas.
Aun así, el concepto tiene algo poderoso: apela tanto al estilo de vida moderno como a la emoción. Sería muy útil que existiera un tren nocturno que permitiera evitar el caos de los aeropuertos y los controles de seguridad, pero también es romántico imaginarse durmiendo junto a una ventanilla panorámica y despertando con un nuevo paisaje.
Europa ya ha dado otros pasos para reducir vuelos cortos y fomentar alternativas ferroviarias. Proyectos como European Sleepers han vuelto a poner sobre la mesa los trenes nocturnos como opción moderna. En tiempos de prisas y tiempo siempre limitado, quizá esto sea lo que no sabíamos que echábamos de menos: viajar mientras dormimos rumbo a otra ciudad.
Foto de portada | Sam
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