597.686 personas pidieron la baja el año pasado en España por padecer algún trastorno relacionado con la salud mental. Desde que llegara a nuestras vidas la covid-19, estas cifras no han dejado de crecer -un 13,6% con respecto a 2022-, pero este año se ha batido el récord según los datos expresados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Sin embargo esta noticia no copa los titulares de todos los periódicos.
Las mujeres somos las más afectadas y las bajas entre los jóvenes de 16 a 25 años se han disparado más de un 90% entre los empleados desde la pandemia, seguidos de los de 26 a 35 años con un aumento del 48%. Y aunque las bajas han aumentado, según explicaba a ABC Ana García de la Torre, secretaria de Salud Laboral de UGT, “son datos infraestimados”. Es decir, padecemos muchos más problemas de salud mental que los que aparecen valorados.
Según datos del Ministerio de Sanidad en España los problemas mentales más comunes son los trastornos por ansiedad con 6,7% que afecta a más de 4 millones de personas, y los trastornos depresivos con un 5% y más 2,5 millones de personas diagnosticadas. Además, según datos de Eurostat el estrés es el segundo problema de salud más frecuente entre los trabajadores tras los trastornos musculoesqueléticos.
La salud mental en el trabajo es un problema mundial, no aislado
No es algo exclusivo de España. A nivel mundial se pierden 12.000 millones de días de trabajo por la ansiedad y la depresión que cuestan un billón de dólares en productividad, según la OMS, y si cuidamos de la salud mental en el trabajo (por ejemplo con seguridad psicológica), las bajas disminuyen en un 66% tal y como aseguraba Joan Piñol, director general de la Fundación Salud y Personas, a finales de 2023.
Son cifras que demuestran que los riesgos psicosociales que pueden afectar a nuestra salud mental en el ámbito laboral, no son algo que podamos poner en última posición en la lista de prioridades. En 2022, el Informe mundial sobre salud mundial: Transformar la salud mental para todos, publicado por la OMS, destacó el lugar de trabajo como ejemplo clave de un entorno en el que se necesitan medidas que transformen la situación de la salud mental. La sobrecarga de trabajo, los horarios excesivamente prolongados, la inseguridad laboral, la falta de conciliación o la escasa remuneración son factores de riesgo que afectan a muchos más trabajadores de los que imaginamos.
Sarah O´Connor publicaba en un artículo en Financial Times que nuestros trabajos quizá son menos peligrosos a nivel físico que los de nuestros padres y abuelos, pero peores si lo que valoramos es la salud psicológica. Sin embargo parece que eso de hablar de ansiedad y salud mental es cosa de la generación Z que con su renuncia silenciosa quiere que se ponga el foco en mejores condiciones laborales, pero el estrés laboral y las enfermedades que derivan de su cronificación (como la ansiedad o la depresión), no entiende de edades.
El Proyecto de estrategia mundial de la OMS sobre salud, medio ambiente y cambio climático y el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030 de la OMS ponen el foco en los principios, los objetivos y las estrategias de implementación relevantes para permitir una buena salud mental en el lugar de trabajo, pero viendo los datos anteriores está claro que o bien las empresas no se están implicando como deberían o como trabajadores no estamos dando la importancia que necesita nuestra salud mental.
El estrés laboral es una de las principales consecuencias de la exposición a riesgos psicosociales y el primer paso que puede desembocar en enfermedades como la depresión o la ansiedad. El estrés laboral tiene efectos sobre la salud física y mental, pero también sobre cómo se realiza el trabajo y, por tanto, sobre el absentismo, el rendimiento y la productividad.
La semana laboral de cuatro días como solución a los problemas de salud mental
Si el ritmo y el volumen de trabajo elevan los riesgos a nivel mental, y cada vez más españoles sufren burnout, está claro que tenemos un problema que solucionar y tal vez la reducción de la semana laboral sea la clave.
Acaban de salir los resultados del proyecto piloto que ensaya en Portugal la semana de cuatro días y el resultado es prometedor: la salud mental de los portugueses mejora con la semana laboral de cuatro días.
Aunque el estudio final llegará en abril de 2024, en solo tres meses los síntomas relacionados con la salud mental de los trabajadores participantes disminuyeron. La fatiga en un 23%; la tensión, la ansiedad y la depresión en un 21%; el insomnio en un 19% y la soledad en un 14%. Más del 85% de los trabajadores mejoraron en al menos uno de estos indicadores.
Desde luego si no es con la semanal laboral de cuatro días, debe ser con otras medidas que eviten la precariedad laboral y por lo tanto, cuiden de nuestra salud mental.
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