Mi madre empezó a trabajar cuando vino a Madrid. Cuando se casó, lo dejó y volvió ha retomarlo más de 15 años más tarde, cuando las cosas se pusieron complicadas en casa. Éramos cinco y mis hermanos y yo çibamos a estudiar una carrera, así que por mucho que nos apretamos el cinturón, hacía falta un empuje extra.
Han pasado más de 34 años desde entonces y lo cierto es que hay mucho que ha cambiado. Ahora, la formación y la experiencia no nos aseguran un trabajo. Si hiciéramos una foto al empleo femenino veríamos muchas similitudes con la época en que mi madre volvió a trabajar. Quizá demasiadas. El mercado laboral femenino, el paro y la brecha salarial han cambiado… pero poco.
El mercado laboral femenino: lo que ha mejorado
No podemos dejar pasar la oportunidad de enseñarte una pequeña foto de cómo está el paro femenino en España. Aunque el paro de larga duración para mayores de 45 años es un problema que afecta aún más a las mujeres según datos del INE, si lo comparamos con octubre de 2022 el paro femenino ha caído en 85.703 mujeres (-4,91%) en octubre de 2023.
Es cierto que las mujeres trabajadoras (entendiendo trabajadoras como aquellas que reciben un sueldo por trabajar fuera de casa) nunca habíamos sido tantas. Representamos el 47,25% del total de afiliados a la Seguridad Social. El empleo femenino marca récord en España al superar los 9,83 millones de mujeres ocupadas según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
El por qué es tan obvio como el Imperio Romano femenino, y se llama feminismo. Hemos pasado de cuidar a ser proveedoras, lo que provoca que la incorporación laboral aumente. Aunque eso de que hemos pasado de cuidar a ganar dinero trabajando es un poco verdad y un poco mentira. Me explico. Trabajamos más fuera, pero representamos el 76,9% de los puestos en sanidad y servicios sociales. Es decir, seguimos cuidando, pero fuera de casa.
Y lo que queda por mejorar
Esa diferencia entre hombres y mujeres es especialmente palpable si hablamos del cuidado de mayores en centros residenciales. En España hay 259.205 mujeres que se dedican a ello y solo 51.214 hombres. También ocurre con la educación, donde trabajan el doble de mujeres que de hombres: 848.034 trabajadoras que representan el 66,3% del total.
Además de las diferencias sectoriales que aún nos afectan, también hay desigualdad en, por ejemplo, las horas trabajadas. El 25,4% de las mujeres tienen contratos a tiempo parcial frente a un 11,6% entre los hombres. Eso significa, en muchos casos, que las mujeres siguen siendo las que reducen sus jornadas laborales para la conciliación familiar.
Y hay más, existe una brecha salarial más que obvia y estudiada que por más que suba el número de mujeres trabajadoras, no parece cambiar, a pesar de que existan documentos como el Real Decreto 902/2020, del 13 de octubre, de igualdad retributiva entre mujeres y hombres.
Según el “Estudio brecha salarial de género 2023” en las universidades públicas españolas, existe un 12,7% de brecha salarial entre hombres y mujeres en el sistema universitario. Pero no es solo ahí donde hay diferencia. Las mujeres ganan, de media, 434 euros menos que los hombres, según la Encuesta de Estructura Salarial del INE, algo especialmente apreciable en las actividades administrativas y servicios auxiliares (ellas percibe de media 15.248 euros y ellos 21.649 euros) y sorprendentemente en las actividades sanitarias y de servicios sociales, donde a pesar de que ellas representan casi el 77%, ellos ganan más, 37.270 euros frente a los 26.403 de las mujeres
Seguimos con las diferencias porque según las estadísticas del INE, las mujeres participan menos en el mercado de trabajo que los hombres (el 70,5% de los varones en edad de trabajar tiene empleo frente al 60,5% de las mujeres), y las desigualdades se agravan a partir de la maternidad y los cuidados tienen un papel clave. Además, el informe refleja que las mujeres sufren más paro que los hombres, trabajan menos horas a la semana y tienden a hacerlo con más frecuencia en puestos no directivos.
No es un problema que tomarse a la ligera. Atajar la brecha de género en el trabajo aumentaría un 8% la riqueza de España en 40 años según un estudio presentado por la OCDE. Y haría que lo que vivió mi madre hace más de 30 años, no lo tuvieran que vivir sus nietas en el futuro.
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