Cuatro tendencias de verano a las que no he sucumbido. ¿Estás igual que yo?

No me considero una fashion victim, a pesar de que adoro la moda. Pero introducir según qué tendencias en mí no. Aunque lo vea en otra persona y me encante. Pero es que probármelo yo y decir: no sigas, next! Esto no va contigo y pareces ridícula Charlie. Así que cuál gato con botas con los ojos llorosos y las orejas caídas dejo la prenda a la chica del probador y me voy arrastrando los pies. Y es que por mucho que te gusten hay modas que no van contigo, ¿qué tendencias se te han resistido? Aquí van las mías.

Neon party

Para empezar la moda neón. Mira que me encantan los tonos chillones pero no en mi día a día. En pocas cantidades aún pero no, no es mi estilo. He sucumbido a un clutch que encontré en Zara TRF en amarillo neón por 12’99 euros, pero sólo eso. Y lo adquirí por su precio, llega a ser un poco más y ni eso. Aunque lo veo en ellas y ¡zas! Me encanta.

¿Dónde está el cupcake?

Junto a los colores flúor las tonalidades pastel han estado batallando para ser las estrellas de la temporada. Y yo he pasado totalmente de ellas. Será que mi armario es básico y opto por tonos neutros como el blanco o el azul marino pasando por el gris. ¿Aburrida? A veces, pero sé que esas prendas me van a durar (casi) toda la vida. Aunque he de reconocer que lo veo y me gusta pero en mí hay una vocecita interior que me grita ¿eres cursi?.

Señorita Peplum

Adoro ver Gossip Girl y sus vestuarios. Me enamoro cada día con los looks de Serena y Blair. Es por eso que me da rabia no llevarme bien con la moda peplum, pues me encantaría enfundarme un vestido de esta tendencia, unos infinitos tacones y pasear por la ciudad. Aunque Nueva York me quede lejos. Pero cuando veo el vestido me digo: vas a comprarte la prenda. La vas a meter en el armario y nunca más saldrá de allí. Eso es tirar el dinero. Y como si de una descarga eléctrica se tratara dejo el vestido/top/falda de golpe y porrazo.

Locura por el tie dye

Me encanta ele efecto desteñido pero ahora que caigo no tengo nada en mi armario que siga esta tendencia. Será que no ha pegado tan fuerte como creía o que, sencillamente, a mí no me ha llamado tanto la atención como pensaba.