Y no, no estoy bromeando, porque justo así fue como me la zampé yo. De una sentada prácticamente y con una tarrina de helado de Mercadona entre las manos. Para mi desgracia me duró menos el helado que la serie. Y te estoy hablando del thriller psicológico adolescente Cruel Summer. Eso sí, de su primera temporada. La segundo no tuvo nada de éxito, contaba otra historia, y de hecho terminaron cancelando la serie.
Cruel Summer: la chica popular y la enemiga número 1 de Estados Unidos
Este caramelito que no pretende ser más de lo que es, y eso está genial, porque las producciones pretenciosas que luego no están a la altura son la decepción más absoluta, cuenta la historia de dos adolescentes, y sus contextos: Kate (Olivia Holt) y Jeanette (Chiara Aurelia), papeles cuyas actrices interpretan de forma genial.
No hay nada nuevo bajo el sol, especialmente tratándose de algo made in America: una, Kate, es guapísima, popular y tiene todo lo que la otra, Jeanette, el supuesto patito feo, sueña. La otra y la madre de esta, algo muy importante a lo largo del desarrollo de la serie.
Recuerdo que al principio, cuando las personalidades de Kate y Jeanette se presentaban y se daban a conocer como antagónicas por la situación de cada una, estaba buscando algo que hiciera malvada a Kate, pero nada, ¡no había nada!
Los capítulos se desarrollan a lo largo de tres veranos de los años 90: 1993, 1994 y 1995. Durante los episodios hay flashbacks y flashforwards a los que hay que estar muy atenta para no perder el hilo de la narración e ir atando cabos, lo que le da mucho ritmo a la propuesta. Además, al final de cada entrega es imprescindible el cliffhanger, que suele plantear la pregunta de quién miente y quién dice la verdad conforme se va avanzando en la historia y las piezas comienzan a encajar.
El giro de guion consiste en que a Kate la secuestra el nuevo subdirector del instituto al que asisten todos los personajes adolescentes de este pequeño pueblo de Texas. Que él ha sido el autor se sabe desde un inicio, pero la duda la encarna Jeanette, que tras la desaparición de Kate, florece de un verano a otro y consigue lograr todo lo que tanto ansiaba tener, incluido el novio de la primera. ¿Qué la pone en el ojo del huracán? Pues que la joven la acusa de haberla visto en casa de su secuestrador cuando este la tenía retenida.
Jeanette y Kate en el centro comercial en una escena de la serie.
En ese punto, la vida de Jeanette se pone de nuevo patas arriba y se convierte en la enemiga pública número 1 de Estados Unidos, una sociedad que además poco entiende de términos medios.
Más allá de la intriga: las presiones sociales que expone Cruel Summer
Uno de los grandes aciertos de Cruel Summer es que es como una cebolla: sus capas no se terminan de abrir hasta el último capítulo. Y una va cortándola y llorando con gusto a medida que la va picando. Porque se disfruta.
En Cruel Summer hay mucho más que drama adolescente y la historia que siempre nos han contado. Es también una denuncia de las presiones sociales a las que estamos sometidas las mujeres desde la infancia y la adolescencia. Coexistir con otras se plantea como algo prácticamente imposible, siempre tendemos a la comparación, algo en lo que caemos por una cuestión de aprendizaje en una sociedad heteropatriarcal en la que nuestras aspiraciones en la vida han de responder a complacer al hombre: tenemos que ser las más guapas, las más populares, lo suficientemente inteligentes pero no tanto como para que nadie se sienta amenazado. Perfectas, para ellos, desde la cuna hasta la sepultura.
Jeanette y su madre en una escena de Cruel Summer.
Por otra parte, algo que también relata con maestría Cruel Summer es cómo muchos padres y madres intentan vivir sus sueños y frustraciones a través de sus hijos. La presión que ejerce la madre de Jeanette sobre ella, las expectativas que vuelca, son en parte las responsables de llevarla hasta ciertos límites. Esa sonrisa final de la protagonista es el reflejo de todo eso.
Sin embargo, de todo, yo me quedo con una de las escenas finales. Pero no te la voy a desvelar. Cuando veas la serie, entenderás el porqué. Y sí, nos tenemos que apoyar siempre entre nosotras, es la única forma de salvar cualquier bache.
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