Con las Navidades llega también algo que mucha gente teme: las reuniones familiares y de amigos. Y lo temen porque es muy habitual que en la mesa se siente el clásico “cuñao” que da su opinión sobre absolutamente todo y sin que nadie se la pida. O quizá son tus padres los que juzgan, o una amiga, o tu tía Pepi o tu abuelo Paco. Tú te sientas y estás triste porque acabas de dejarlo con tu pareja o porque te han despedido o porque no consigues encontrarte en medio de todo este caos que es la vida, y alguien te da un consejo que no has pedido.
Esos consejos que no pedimos duelen. Y lo hacen porque amenazan la autonomía y pueden reducir nuestra confianza para afrontar los desafíos. Sentimos ese juicio sobre nuestras cabezas y eso afecta a nuestra autoeficacia y esta, a la confianza que se vincula con la motivación, la resiliencia y el éxito profesional.
Me encantaría decirte que si te dan una opinión no solicitada la mejor forma de contestar es decir "ojalá tu opinión fuera una pizza, así si la pediría", pero si buscas usar algo más de inteligencia emocional y un poco menos de sarcasmo y humor, la Dra. Shadé Zahrai ha compartido en la CNBC cinco frases para responder a esos consejos no solicitados y hacerlo con asertividad. La psicóloga y experta en alto rendimiento y liderazgo, asegura que “cuando alguien aparece con un consejo ”útil” que no pediste en lugar de sentirte apoyado, te sientes juzgado y cuestionado”.
Gracias. Lo tendré en cuenta
Según Zahrai, “esta es una forma educada de reconocer el aporte de alguien sin encerrarse en sí mismo”. Lo que conseguimos es marcar un límite más suave que deja claro que la decisión sobre lo que hacer o no, es solo tuya. “Es ideal para contextos profesionales y personales en los que se desea mantener una actitud cortés, pero sin invitar a más aportaciones”, explica la experta.
Es una perspectiva útil, pero prefiero…
“Demuestra que escuchas su perspectiva y que decides cómo actuar”, explica Zahrai, o lo que es lo mismo, te ayuda a conservar tu autonomía. Para la experta es especialmente útil si cuentas algo pero aún no has decidido qué hacer al respecto o qué dirección quieres tomar y en esa mesa ya hay alguien que, sin pedirlo, te dice qué tienes que hacer. Es ideal cuando quien te aconseja es un jefe, un mentor o tus padres, porque “te permite reconocer su autoridad sin dejar de mantenerte firme en tu enfoque”, pero Zahrai advierte que “si el consejo viene de alguien con más experiencia puede que tenga sentido seguir sus indicaciones a menos que tengas una razón muy fuerte para no hacerlo”.
Agradezco tu aportación. Ya tengo un plan para esto
Con estas dos frases lo que consigues es que quien te escucha perciba que tienes todo bajo control y consigues cerrar el círculo respetuosamente y reduce la posibilidad de que te repitan el consejo porque te has mostrado clara. “Utiliza esto para consejos repetidos o insistentes, como un miembro de la familia que no confía en que tomes tus propias decisiones”, explica Zahrai.
Eso significa mucho. Ahora mismo valoro más el apoyo que las soluciones
Puede que cuentes algo solo con la intención de recibir un abrazo, una palabra de aliento o simplemente para sentirte escuchada. Cuando no existe una validación emocional, puedes replantear ese consejo que te han dado usando la frase “ahora mismo valoro más el apoyo que las soluciones”, guiando a tu interlocutor hacia lo que sí necesitas: apoyo. Zahrai asegura que “protege tu sensación de control” y es útil “cuando amigos o familiares te dan consejos pero lo que realmente necesitas es empatía y alguien que te escuche”.
Te entiendo. Si necesito más orientación, te la pido
De nuevo estamos siendo asertivas estableciendo un límite claro, pero también validando el esfuerzo de la otra persona. “Este enfoque evita más comentarios no solicitados y le permite buscar asesoramiento en sus propios términos”, explica la experta. Deja abierta la puerta a un futuro consejo (únicamente si tú lo pides), y sirve para “cerrar firmemente la conversación, como cuando te bombardean con «deberías»", asegura Zahrai.
Eso sí, en todos los casos y como advierte la experta, es importante el tono. Busca uno tranquilo, firme y respetuoso porque es lo que hace que estas respuestas funcionen. “Los consejos siempre llegarán, lo quieras o no. Tu poder reside en cómo los recibes”. De esta forma queda patente que el control de tu vida, es únicamente tuyo.
Fotos | Shadé Zahrai
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