Sea cual sea tu morning routine o rutina matutina, ya sea tan sofisticada como para incluir un baño con agua helada o tan básica como vestirte y beberte ub café solo, hay algo que tiene en común con la del resto de personas. Lo dice la ciencia porque una nueva investigación ha confirmado lo que algunos ya venían sospechando: desviarte de tu sucesión de hábitos cotidianos al despertarte puede pasarte factura durante el resto del día.
En concreto, son los primeros diez minutos de nuestra mañana los que resultan suficientes para saber si vamos a tener un buen día… o uno de esos que acaban con una tarrina de helado delante de la televisión. A priori, este no parece un tiempo tan extenso como para que resulte tan determinante pero, según un nuevo estudio, el 37 % de la gente puede prever cómo irá su jornada solo con lo que sucede en los primeros diez minutos desde que se despiertan.
Solo hace falta pensar en uno mismo para darse cuenta de que la mayoría tenemos una pequeña secuencia de hábitos mañaneros que repetimos casi en piloto automático todos lo días. Da igual si son cosas tan cotidiana o insignificantes como lavarse los dientes o tostar pan después de encender la cafetera. Cuando algo rompe ese orden, lo notamos. Por ejemplo, si hemos dormido mal y nos hemos levantado tarde, no había papel higiénico cuando hemos ido al baño o se nos ha resbalado la taza de las manos y se le ha roto el asa. Es en ese momento en el que ya se ha decidido que resto del día será un desastre.
Esto se debe a que nuestro cerebro necesita unos 25 minutos para activarse del todo tras despertar. Durante ese tiempo, tener una rutina establecida nos ayuda a no tener que tomar decisiones y evitar el caos. Pero, si algo se sale del guion (te saltas el café, no encuentras las llaves, descubres que no queda leche…), el efecto dominó ha empezado.
Usamos nuestra rutina matutina como ancla así que lo importante, según señala la ciencia, es que sea fácil de repetir y que minimice el riesgo de sorpresas indeseadas. De este modo, si tu primer paso del día es hacerte un café, lo mejor es que te asegures la noche anterior de que hay tazas limpias. O, si lo primero que haces es ir al baño, comprueba que no falte papel. Parece obvio e incluso una tontería, hasta que no lo es...
Foto de portada | Sage Friedman
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