La batalla por Warner entre Netflix y Paramount podría cambiar para siempre cómo consumimos cine y series

De camino al contenido que nunca es nuestro aunque lo paguemos todos los meses

Dos Imagenes Diagonal
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
maria-yuste

María Yuste

Editor Senior

El entretenimiento audiovisual podría estar a punto de vivir una de sus mayores sacudidas en décadas. Warner Bros se ha convertido en el centro de una guerra de ofertas que enfrenta a dos gigantes como son Netflix y Paramount. Pero lo que está en juego no es solo quién producirá las películas o series que vemos, sino quién controlará los catálogos, el acceso y, en última instancia, nuestra relación con el séptimo arte. Lo que parece una batalla empresarial más es, en realidad, una pelea por decidir si seguimos siendo dueños de lo que consumimos o simples inquilinos también de nuestros títulos favoritos.

La batalla comercial del siglo. Warner Bros Discovery está en venta y, aunque Netflix ya había llegado a un acuerdo para quedarse con los históricos estudios de cine y su negocio de streaming (incluido HBO Max), Paramount acaba de contratacar con una oferta mayor y por una parte más grande del pastel. Quieren hacerse directamente con todo el conglomerado de la Warner que, además de lo ya mencionado, se compone de un amplio abanico de medios y canales de cable tradicionales. Mientras tanto, el futuro del entretenimiento podría depender a nivel global de esta transacción.

¿Un paso adelante hacia un futuro digital? Con la compra de Warner, Netflix amasaría un poder inmenso sobre producción, distribución y catálogo. Y, como es habitual en las plataformas de streaming, es una empresa que se ha centrado históricamente en el formato digital, demostrando poca inclinación a lanzar sus títulos en formato físico. Un buen ejemplo lo encontramos en las dos últimas películas de Scorsese: 'The Irishman' y 'Los asesinos de la luna', originales de Netflix y Apple TV respectivamente, y de las que existen pocas copias en DVD. De hecho, en España solo pueden conseguirse de importación (es decir, sin subtítulos y con el riesgo de que estén bloqueados por región y no los puedas reproducir). No obstante, la lista de títulos que nunca se han lanzado en formato físico es más larga y sigue creciendo.

Silas Lundquist O1q1vxklkqm Unsplash Silas Lundquist

Como ya no estamos en los noventa ni en los dos mil, tal vez pienses que es normal que el formato físico tienda a desaparecer, que el streaming es más cómodo y que ocupa menos espacio. Sin embargo, todavía hay espectadores y directores luchando porque tal cosa no suceda. Y tienen motivos de peso, más allá del mero coleccionismo. Christopher Nolan, por ejemplo, ha contado que trabajó arduamente en el lanzamiento en Blu-ray y 4K de 'Oppenheimer' para que el público pudiera tener una copia en propiedad: "la guardas en la estantería para que ningún servicio de streaming malvado pueda robártela", explicó.

La película que hoy ves en Netflix, mañana podría ser "lost media". Uno de los principales motivos por los que asusta una posible concentración de poder entre grandes plataformas de streaming reside en lo que supone para el control del acceso a la cultura audiovisual un mundo en el que los usuarios dejen de ser propietarios para convertirse solo en "inquilinos" del contenido. En este modelo digital, las películas y series ya no "pertenecen" al espectador, sino que poder verlas depende de licencias cambiantes, decisiones empresariales opacas y acuerdos que pueden hacerse y deshacerse de un día para otro. Todo esto deja abierta la puerta a un escenario en el que el catálogo que hoy creemos seguro puede esfumarse mañana sin posibilidad real de conservarlo o de volver a tener acceso a determinados títulos.

Un futuro que ya es el presente en el mundo del videojuego. El miedo a perder acceso al contenido es algo que lleva preocupando a los gamers desde hace tiempo porque, de hecho, ya hay juegos que se han perdido para siempre. Román Echevarrena, productor de videojuegos, nos lo explica así: "Hay estudios que no se pueden permitir hacer copias físicas y solo sacan sus juegos en digital. El problema es que, cuando la plataforma (ya sea Sony, Microsoft o Steam) decide retirarlo de su tienda, desaparece para siempre si no hay una contrapartida física. Si no poseemos realmente un archivo, no podemos construir una biblioteca de Alejandría que conserven los juegos en caso de que mañana haya un apagón de todos los servidores". 

Alphacolor N7zau8ervta Unsplash Alphacolor

Tal vez, un hipotético apagón nos suene a algo poco probable o incluso alarmista pero no hace falta irse al peor escenario posible para que todo esto nos salpique. Según cuenta Román: "en los últimos años ha habido muchos movimientos por parte de empresas, un poco malintencionados, por quitar juegos que ya no dan dinero y por los que han de pagar impuestos anualmente. Pasa mucho también con los juegos multiplayer y que requieren de muchos jugadores activos constantes porque tienen un coste de mantenimiento. De este modo, se da que tú has pagado por un juego y, de repente, al año ya no puedes jugar porque han cerrado el servidor".

Pagar por tener acceso vs pagar por conservar. Somos muchos los que pagamos todos los meses suscripciones de streaming que se renuevan automáticamente sin haber calculado nunca cuánto dinero estamos invirtiendo únicamente en tener acceso a un catálogo. Independientemente de lo mucho o poco que lo hayamos usado y sin considerar lo que implica no poder hacer uso del mismo el día de mañana. Ya sea porque no te lo puedes permitir, porque la empresa ha quebrado o porque ha llegado al poder un dictador totalitario. 

Por ello, ha surgido un movimiento de personas, sobre todo en Estados Unidos, que llaman a volver a replantearnos la entrega total y prácticamente ciega con la que hemos abrazado el acceso digital al contenido audiovisual olvidando esos formatos físicos de los que vamos a poder hacer uso, independientemente de lo que ocurra con los servidores. Porque comprar en físico es, en los tiempos que corren, un pequeño acto de resistencia cultural: no solo ves una obra, también la conservas sin que ello dependa exclusivamente de grandes corporaciones.

Foto de portada |  Senad Palic y  Venti Views

En Trendencias | Las 37 mejores series de Netflix que puedes ver ahora mismo


Inicio