Hemos podido conocer en persona la primera colección de novias de Intropia Atelier. Una línea muy diferente a lo que hemos visto hasta ahora, con otro concepto de novia. Con este nuevo proyecto, Intropia quiere atender a una mujer más práctica y libre, con las ideas muy claras. Una novia menos clásica que quiere aprovechar al máximo su vestido, reutilizarlo en ocasiones especiales y no gastarse mucho dinero en ello.
La artífice de esta línea es Alejandra Valero, una joven diseñadora amante del romanticismo y de los tejidos delicados. La ocasión perfecta para conocer estos vestidos y, de paso, cotillear un poco sobre la industria de las bodas.
Alejandra nos recibe en la tienda insignia de Intropia en Serrano, 18. Muy sonriente y contenta, con un vestido boho que parece salido de una película en la Provenza y Converse, porque el rollo sporty ha alcanzado ya todas las esferas. Nos pide que nos sentemos al lado de la exposición de vestidos, para que ninguna de las dos perdamos de vista a sus creaciones. Y ahí, en un banco esquinado en un rincón, nos lo cuenta todo.
La colección
Esta nueva línea de novias surge cuando el equipo de Intropia percibe una tendencia creciente: la de muchas novias comprando en sus colecciones vestidos para casarse, que no son de novia y que luego quieren reutilizar. “Que los vestidos pudieran tener una segunda vida después de la boda era importante para nosotros” señala Constan Hernández, presidente y director creativo de Intropia.
Así, con la mente creativa de Alejandra Valero, la firma se lanza a la aventura de las bodas, creando una línea con seis diseños diferentes, cada uno de ellos inspirado en una capital del mundo. Tenemos Nolita de Nueva York, Venice de Los Ángeles, Cibeles de Madrid, Mayfar de Londres, Madeleine de París y Trevi de Roma. Todos ellos en tonos blancos y marfiles y realizados con una mezcla de tejidos sofisticados como el tul o el plumetti y otros más rústicos como la organza. En definitiva, el equilibrio perfecto.
El resultado son vestidos muy naturales y rústicos, que dejan a un lado la novia recargada y le dan un aspecto más libre y fresco. Los bordados y los detalles están todos realizados a mano, algo que Alejandra considera esencial e importantísimo. "Es lo que da personalidad al vestido". Los precios también huyen de los altos presupuestos propios de las bodas, estando en torno a los 600 euros (incluyendo los arreglos y medidas).
Entrevista a Alejandra Valero
Has sido diseñadora de Inditex y ahora lo eres de Intropia, pero tu proyecto personal son los vestidos de novia, y de hecho tienes tu propio estudio. ¿Cómo surgió esta pasión por las bodas?
La Alta Costura es una de mis pasiones, como se cuida cada cosa al milímetro. Me encanta la estética romántica y victoriana, pero el poder trabajar en los detalles es algo que una marca masiva no te permite. Eso era algo que yo echaba en falta. Mimar las prendas no es fácil a un precio competitivo.
Por eso fui cambiando y dando pequeños saltos, formándome en cada empresa en la que he estado hasta llegar al tema de las bodas. Este surgió poco a poco, con encargos puntuales de personas que me pedían sus vestidos de novia. El gran salto ocurrió cuando yo me casé y me hice mi propio vestido, que tuvo una genial acogida. Ahí crecieron los pedidos.
Es cierto que en firmas masivas como Inditex no puedes atender tanto al detalle, pero sí a las tendencias. En cambio, en los vestidos de novia la tendencia es más complicada, ¿la tienes en cuenta?
Si te digo la verdad, en esta colección y en las próximas que haya no me voy a liar por una tendencia. Al final, un vestido de novia es más esencia y estética que tendencia. Y las novias lo agradecen. Al principio siempre quieren arriesgar mucho, pero a medida que avanzamos comienzan a frenar. Hay que saber dónde poner el límite.
¿Qué tendencias en vestidos de novia promete 2017?
El año pasado la mayoría de las novias te pedían la espalda al aire. Ahora ya se han cansado, porque se ha visto mucho y vuelven a abrirse los escotes en la zona delantera.
Intropia Atelier surgió cuando la marca notó que muchas clientas compraban vestidos de la marca para casarse y poder reusarlos después, al no ser vestidos de novia a la vieja usanza. ¿Es ese un factor que tú hayas tenido en cuenta para la colección? ¿Se pueden usar en la vida diaria?
Sí, por supuesto. Alguno de ellos, como Venice o Trevi, podría ser perfecto para una fiesta de noche tal y como están. Hay otros que tienen un poco de cola y quizá sería más complicado, pero el día de mañana te puedes lanzar, cortarlo y volvértelo a poner.
¿Has vuelto a usar tú tu vestido de novia?
La verdad es que no. De momento está guardado y no he sido capaz de cortarlo. Ojalá el día de mañana pueda reutilizarlo, o para mi hija.
Todas las novias quieren que su vestido sea único y cargado de significado. ¿Cómo conseguir algo así en una colección que no se hace a medida o bajo demanda?
Todos los vestidos tienen una estética similar (la mía), pero están muy diferenciados. Esto permite que casen con novias muy diferentes. El vínculo es subjetivo y muy interno, cada mujer encontrará un nexo con uno de los vestidos que lo convierta en el elegido. Cuando te pones tu vestido lo sabes.
Las fotos del lookbook están muy lejos de los típicos catálogos de novias. Ni novio, ni iglesias ni familiares. Solo la novia, su moto y su perro. ¿Cómo se os ocurrió cambiar el chip?
La novia de Intropia Atelier es una novia que yo creo que antes no existía. Es práctica y resuelta, que llega, se prueba el vestido y se lo compra. Es una mujer todoterreno, con poco tiempo, centrada y más madura e independiente. Eso es lo que he querido transmitir en el catálogo y la fotógrafa, Pipi Hormaechea, supo captarlo a la perfección.
Los precios también son una novedad. Es una colección más asequible que lo que se suele encontrar el el mundo de los vestidos de novias.
Esta colección atiende a novias que, para mi gusto, no estaban atendidas ni encontraban lo que querían. Es una novia que no busca el diseño a medida 100% pero se tenía que acoplar a lo que había. La estética, el precio, los diseños: todo está orientado a atenderla.
Los vestidos están todos inspirados en grandes capitales del mundo. ¿Cómo fue tu proceso creativo?
Una de las grandes ventajas de Intropia es que es una firma muy ecléctica y variada. Hacemos muchos viajes de inspiración. Desde grandes ciudades a ferias vintage que aportan otro punto de vista. Al visitar diferentes lugares me quedaba con detalles especiales de cada uno, que he intentado reproducir en los vestidos. Un ejemplo es Venice, que representa el lifestyle de la ciudad de Los Ángeles. Es un diseño muy surfero y boho.
¿Tienes un favorito con el que volverías a casarte?
No tengo un favorito, son todos mis pequeños vestidos. Si tuviera que escoger uno sería en función del día que me caso, hora, momento. Cada uno está relacionado con un tipo de boda. Me podría poner cualquiera.
Fotos | Intropia, Alejandra Valero.
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