Pepa López
Editor SeniorEl mundo entero estuvo pendiente del cónclave y de los humos que salían por las chimeneas del Vaticano. Sin embargo, el nuevo papa tenía otras cosas en mente cuando fue escogido. Cambiarse de zapatos, concretamente. Sí, suena a broma, pero mientras repican las campanas y se anuncia de forma oficial, ocurren cositas dentro de San Pedro. El nuevo pontífice debe jurar obediencia y estrenar zapatitos nuevos, una tradición que bebe de la Antigua Roma y se mantiene desde la Edad Media.
En el momento en que el nuevo Papa es escogido, todos los engranajes católicos se ponen en marcha. El pontífice acepta el cargo ante los cardenales y escoge su nombre papal. A continuación, se retira a la Sala de las Lágrimas, donde estrena look papal: sotana blanca y zapatos rojos hechos a medida. Para que todo esté preparado, un maestro zapatero tiene preparadas varias tallas que adapta en ese momento si fuera necesario. Mientras él se cambia, se lanza la fumata blanca y se tocan las campanas de San Pedro.
Adriano Stefanelli, maestro zapatero que hizo los mocasines de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Volvamos a los zapatos rojos, porque esta vibra a lo Dorothy en 'El mago de Oz' nos tiene obsesionadas. Los del Papa suelen ser de cuero y sin cordones, teñidos de color rojo y tradicionalmente confeccionados por artesanos italianos. El zapatero actual es Adriano Stefanelli, artífice del calzado de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
El simbolismo del color rojo
Con la sobriedad y solemnidad del momento, sorprende que los Papas se lancen con ese rojo pasión en los pies. No es cuestión de tendencia, sino de simbología religiosa. El color rojo simboliza la sangre de todos los mártires cristianos y del compromiso del Papa a dar su vida por la fe.
También es una alusión al fuego del Espíritu Santo y a la máxima autoridad de la Iglesia Católica. Este último significado se ha heredado del Imperio Romano, en el que el rojo era símbolo de poder.
No es obligatorio, pero es recomendado
Es una tradición que puede romperse y, de hecho, algunos Papas lo han hecho al no tratarse de una ley eclesiástica. Por ejemplo, Francisco jamás utilizó este calzado y salió al balcón con sus zapatos negros del argentino Carlos Samaria desde el primer día, alegando problemas ortopédicos. Jamás quiso cambiarlos, fueron un símbolo de su sencillez y humildad. De hecho, fue sepultado con ellos.
Juan Pablo II sí los llevó en su presentación, pero posteriormente los cambió por unos marrones que siempre llevaba puestos. Por en medio, Benedicto XVI los recuperó y fueron todo un símbolo de su pontificado. Sea como sea, los zapatos rojos son parte de ese glow-up papal y eso nos encanta.
Fotos | 'Cónclave', 'El mago de Oz', @adrianostefanellishoes, @franciscus.
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