Es posible que los diamantes sigan estando fuera del presupuesto de muchas personas, pero hoy en día no están tan lejos de su alcance. De hecho, en los últimos dos años el precio de los diamantes naturales ha caído un 26%. Eso es una buena noticia para el común de los mortales que soñaba con hacerse con una pequeña piedra, pero muy mala para un sector que vive de una palabra: exclusividad.
Caída de precios y exceso de oferta. De un tiempo a esta parte, los diamantes han perdido su brillo en el mercado global. Como decíamos, en los últimos dos años los precios de "los naturales" han caído un 26%, mientras que los diamantes de laboratorio han perdido nada menos que el 74% de su valor desde 2020.
¿La razón? La demanda ha disminuido por varias razones, como la inflación, el enfriamiento del sector de lujo, la reducción en propuestas de matrimonio tras la pandemia o la preferencia de la Generación Z por los sintéticos. De hecho, De Beers, el gigante de la industria, comenzó 2024 con un exceso de inventario de 2.000 millones de dólares en diamantes sin vender y ha tenido dificultades para reducirlo. Sus ventas cayeron un 20% en la primera mitad de 2023, reflejando una demanda cada vez más débil, especialmente en China, el segundo mayor mercado, donde las compras han bajado drásticamente.
El declive de un gigante. Contaba Bloomberg en un extenso reportaje que, durante décadas, De Beers dominó el comercio de diamantes a través de sus exclusivas ventas privadas, espacio donde compradores de élite aceptaban sin objeción sus precios. Sin embargo, la industria se enfrenta a un desplome sin precedentes, con caída del 50% en los precios de diamantes en bruto y 35% en los pulidos, lo que ha dejado a De Beers con esos inventarios acumulados y clientes cada vez más descontentos.
No solo eso. La crisis se ha agravado por la negativa inicial de la empresa a reducir precios, una postura que finalmente cambió en diciembre, pero que llegó demasiado tarde. A este respecto, Anglo American, su propietario, ha decidido abandonar el negocio de los diamantes para enfocarse en cobre y hierro, aunque la venta de De Beers se ha complicado en medio del colapso del sector. Mientras tanto, la empresa busca reducir costes, limitar la producción y fortalecer su estrategia de marketing… peri sus compradores siguen alejándose.
Los factores del desplome. Según Bloomberg, la situación de De Beers se debe al colapso impulsado por dos factores principales: la irrupción de los diamantes sintéticos y la crisis en China. En el primer caso, la producción de los diamantes de laboratorio ha crecido diez veces en seis años, reduciendo los precios en más del 90% y atrayendo a consumidores que antes compraban piedras naturales. Estos diamantes, químicamente idénticos a los extraídos, han cambiado el panorama del sector y amenazan con eliminar segmentos enteros del mercado tradicional.
En cuanto a la crisis china, la demanda en el segundo mayor mercado de diamantes ha caído un 50% desde la pandemia, lo que ha provocado un exceso de inventario que inunda el mercado con piedras de reventa. De hecho, en India, donde se procesan y se hace el corte de la la mayoría de los diamantes, muchas fábricas han cerrado o han cambiado a la producción de sintéticos para sobrevivir, y en Botswana la caída de los ingresos ha generado un cambio político histórico.
De Beers y cómo salvarse. La histórica supremacía de De Beers, por tanto, ha quedado en entredicho. Su modelo de ventas, basado en relaciones estrechas con compradores exclusivos, parece estar fracturándose. Muchos clientes rechazan sus precios y cuestionan su liderazgo en la industria.
A pesar de todo, el gigante confía en una recuperación a largo plazo, impulsada por un aumento en la demanda en Estados Unidos, una estabilización en la oferta y un esfuerzo renovado en marketing. Con todo, la reconfiguración del mercado parece inevitable: la brecha entre diamantes sintéticos y naturales se ha ampliado, y algunos segmentos de la industria podrían haber cambiado para siempre.
Una crisis estructural. Lo decíamos al inicio: el desplome de los diamantes de laboratorio ha sido, si cabe, aún más severo. Un diamante sintético de un quilate pasó de costar 3.410 dólares en 2020 a solo 892 dólares en 2024, erosionando el valor de dichos productos en el mercado. Plus: la sobreproducción en China e India ha inundado el mercado, debilitando aún más los precios.
Dicho esto, y a pesar de los datos, asociaciones de la industria insisten en que el mercado de los diamantes naturales sigue estable, señalando lo que intuye De Beers, que la demanda en Estados Unidos puede ser la salvación al mostrar señales de recuperación.
De fondo y mientras el mercado trata de estabilizarse, una pregunta clave sobre la mesa: la de si los diamantes naturales podrán mantener su posición de lujo o si los cambios en la oferta y demanda los obligarán a redefinir su valor en el mundo moderno.
Imagen | PXHere
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