Desde que se conoció la noticia era un clamor popular en las redes sociales...¿sin tocados en Ascotde qué van a vivir los sombrereros británicos?
En primer lugar decir, que es comprensible que la organización del evento más importante y centenario de la alta sociedad inglesa se "haya plantado".
Llevamos unos años viendo un desfile de esperpénticas creaciones, que no hacían sino quitar categoría a tan fausta celebración.
Está claro que quieren recuperar el glamour perdido de las damas británicas. Además la prohibición se reduce a tocados, no sombreros que, las cosas como son, hay que romper una lanza en favor de los mismos profesionales a los que acabamos de criticar, ya que tenemos comprobado que son capaces de las más elegantes creaciones.
Llevan años adornando cabezas reales o plebeyas con un estilo inconfundiblemente british.
Con la boca abierta quedaron los canadienses con el sombrero de la Duquesa Catalina, firmado por Sylvia Fletcher para Lock&Co. O el tan comentado look que utizó para su primera Misa de Navidad real, obra de Jane Corbett.
Otra real plebeya que da lección de estilo y savoir faire cada vez que se pone un sombrero es la esposa del Príncipe Pablo de Grecia, Marie-Chantal Miller, quien tiene una elegancia innata para "tocarse".
Aqui la vemos con un sombrero, que no todo el mundo podría llevar, en la boda de los Duques de Cambridge, por obra y gracia de Philip Treacy.
Pero a quien ninguna ha podido superar en postura y elegancia a la hora de llevar un sombrero, y vamos a barrer para casa , es a Doña Elena.
La Infanta de España llevó como nadie el soberbio pamelón de Christian Lacroixen la boda de su hermana Cristina.
Dejando boquiabierto a medio mundo con su estilismo en la boda de Alexia de Grecia. Y es que, aunque la Duquesa de Lugo nos tiene acostumbrados a su inconfundible estilo trendy, es osada a la hora de ponerse de gala.
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