Una semana más, las televisiones nacionales nos ofrecen reportajes que reflejan el mundo del lujo, o el lujo que ellos creen que es, que acaba en la ostentación, las cosas como son. En esta ocasión es laSexta la que presentó ayer un reportaje, Mujeres Ricas. Y no me gustó nada. Primero, porque no hubo lujo, sino una actitud de gasto sin sentido, caprichos y no pensar en las consecuencias, como se vio en la mujer que quería un Miró a toda costa.
Se vio en la actitud de la mujer argentina con la educación de sus hijos. Se vio con la actitud de las hermanas, simplemente mostraron sus coches, y parte de su casa, ni siquiera de lujo, sino bien posicionado y grande. Y se vio, finalmente en la mujer francesa que sí trabajaba además de tener dinero, sí mantenía su familia, sí intenta que hay un orden y una educación en sus nietos y en su vida.
No sé si vistéis el programa, creo que la próxima semana habrá una segunda parte, pero no me pareció de lujo sino un reportaje de tengo dinero lo gasto, punto.
Comenzó el reportaje presentádonos a Mar Segura, de 40 años, casada con un hombre más mayor, empresario. Vimos a su monitora de pilates personal, “soy muy vaga, necesito ánimos”. Vimos cómo intentaba comprarse un cuadro, un Miró, pese a que su marido no ve que sea el mejor momento. Y él le hace decidir, “una cosa o la otra”, el cuadro o un abrigo especial de pelo. Me parece que la próxima semana veremos las dos cosas.
“Soy caprichosa”, dice ella misma. “Navegar para mi es la libertad”, confiesa mientras aprende todos y cada uno de los movimientos de su barco, el MAR. “Me apasiona la moda, es como el arte, al fnal te vas haciendo un fondo de armario que es como coleccionar arte”, dice sonriendo.
“Quiero un Miró”, le dije a mi marido. “Y él sabe que es el que me voy a comprar”, añade directa. “No pregunto el precio de las cosas”, dice firmemente. Esas son sus frases de presentación.
Mariana Nannis, casada con el ex futbolista Claudio Canignia. Es una mujer tipo fenómeno mediático en Argentina. Su chófer es también su cocinero además de miembro de su seguridad. “Es difícil ser esposa de un jugador de fútbol”, afirma narrando la diferencia entre la prostitución y las putas. Sí, para empezar su parte de reportaje.
“Soy caprichosa y hago lo que quiero. A veces me compro la ropa doble, por si se estropea”, afirma directa. ¿Os suena la frase del capricho?
Dos casas de lujo es lo que pudimos apreciar en ella, pero tampoco las mostró. Simplemente vimos un poco de su vida en Marbella, rodeada de seis perros y 14 gatos. Además de sus tres hijos. Alexander, de 17 años, quiere ser futbolista. Charlotte, también adolescente se define ella misma como “soy guapa, simpática, hago lo que quiero”, muy directa. Su zona de ocio, Puerto Banús, su manera de divertirse, o no aburrise, hacerse las uñas. Otro hijo, Axel, pintor. “Los chicos no quieren estudiar ni ir al colegio”, dice sin ruborizarse.
Creo que fue el peor ejemplo del reportaje.
Olivia Valère, una de las protagonistas del reportaje de Antena 3 que vimos hace poco que viajaba de compras a Paris nos abre su casa, su trabajo, y su familia. Trabaja con su hijo en un local de ocio nocturno. Casada desde hace 35 años. Viven en Marbella, en una casa espectacular donde también está su nuera y sus nietos.
Parece la única que desde hace años ha estado trabajando y ha levantado su imperio, su fortuna, trabajando. Y aún continúa haciéndolo. Muy ordenada, siempre organizando y durmiendo lo justo. Me gustó esta mujer, se vio un orden, un deseo de mejorar, muy detallista. Me encantó ver cómo organizaba un evento en su jardín con sus amigas, la fiesta de la pamela.
En su garage, un coche con estilo, un Bentley, “un buen coche”, como dice ella. Su jardín, de 10.000 metros cuadrados; y lo que más destacaba, sus joyas y las vajillas de hace dos siglos que guarda con mimo.
Dejo para el final a Nuria Collado y Rebeca Collado, hermanas y divorciadas. “A quién no le gusta el lujo”. Dueñas de un Porsche y un Ferrari. No vemos su casa, grandes y situadas en una zona más o menos exclusiva de Madrid. Vemos salidas de fiesta, y visitas a un club deportivo a jugar al paddel. ¿Lujo? Su armario, pero tampoco su actitud ni su presencia.
¡Espero vuestras críticas al reportaje!
Imágenes | La Sexta
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