Las cenas de trabajo en Shanghai tienen toque de queda tácito para las señoras

Las cenas de trabajo en Shanghai tienen toque de queda tácito para las señoras
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Existen costumbres que no entienden de tiempos modernos y mucho menos de igualdad de sexos. China, el mercado de lujo con más posibilidades en la actualidad, puede soponer para la mujer alguna que otra bofetada cultural.

Esta es una anécdota de una analista informática catalana que, junto a cinco colegas hombres, fueron hace un par de meses a Shanghai por trabajo. La delegación china les recibió con todo el ceremonial que corresponde y fueron invitados a una cena organizada en su honor.

Hubo platos tradicionales, explicaciones y traducciones al inglés y atenciones varias. La cena se desarrolló en buena armonía y al finalizar la sobremesa y el sake, mi amiga fue “invitada” con diplomacia a retirarse a su habitación a descansar: era la hora de los hombres. Muy tácito tampoco es.

A partir de ese momento, la velada iba a continuar con los demás, todos hombres, a un local de karaoke donde habían reservado los anfitriones chinos. Mi amiga, que es muy decidida, lejos de cortarse un pelo les dijo que no, que muchas gracias pero no estaba cansada y que iba con ellos. Tal como me lo describió ella, me hubiera gustado ver la cara del estupefacto representante chino cuando supo que ella no bromeaba y que no tenía intención de cambiar de opinión.

Así que todos, catalanes y chinos, hombres y mujer, se fueron todos en taxi privado al karaoke. Al llegar, un espacio privado del local estaba a su disposición: las butacas, las bebidas y la compañía también. Cada colega hombre tenía asignada una mujer china que se ocupaba de él.

Naijing Shanghai

Eso puede ser incómodo para el hombre europeo pero todos ellos, aunque alguno hubiera preferido volverse invisible, supieron manejar la situación y la noche terminó sin mayor problema. El final feliz, si lo quieres, no es un mito. Ella no tenía previsto ningun acompañante, por supuesto.

Los chinos sí estuvieron incómodos toda la velada porque esa invasión femenina tras el toque de queda tácito les sorprendió. Todo lo que no esté previsto o fuera del protocolo les incomoda y se disparan las señales de alarma personales. Los catalanes no le dieron más importancia al asunto porque es sólo una anécdota de choque cultural curiosa que contar a la vuelta del viaje.

Si te encuentras en esa situación y eres mujer, depende de tu carácter hacer una cosa u otra. Puedes optar por retirarte a tu habitación y descansar, que seguro lo necesitarás tras una larga jornada. O bien, si eres curiosa y te gusta salir, acompañarles sí o sí. Eso sí, si escoges salir con el grupo, no llames mucho la atención por respeto a tus anfitriones: son sus costumbres y estás en su país.

Foto | cuellar, frankartculinary
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