Coincidiendo con el décimo aniversario de su firma de perfumes, el editor de fragancias Frédéric Malle ha puesto en marcha un curioso proyecto que consiste en traducir en aromas el mundo de la gente a la que admira. Y como noblesse oblige, ha empezado por su amigo, el diseñador Dries Van Noten, que fue uno de los primeros en distribuir sus esencias.
Para traducir el mundo de Dries Van Noten en un elixir, Frédéric Malle recurrió a la alquimia de Bruno Jovanovic, un maestro artesano perfumista que trabajó, codo con codo, con Van Noten y Malle durante 18 meses para dar vida a un perfume al que han bautizado con el nombre de “Dries Van Noten par Frédéric Malle”.
Jovanovic ha sabido plasmar en esta fragancia la sobria calidez de la gente flamenca, con la suavidad y el toque goloso de su repostería. El resultado es un aroma en el que dominan el sándalo y la vainilla con una fuerte dosis de absoluto de jazmín y un acorde almizclado. Una armonía inesperada donde el azafrán y el pachuli también se van abriendo hueco, con una sobredosis de limón y de bergamota de Calabria para dar la bienvenida a un perfume sur mesure insólito, interesante y misterioso.
Una fórmula muy corta, que genera una sensualidad sobria y distintiva. Una creación paralela al trabajo del diseñador Dries Van Noten. ¡Estoy deseando olerla!
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